La UD Ourense rescata un punto por insistencia ante el Polvorín (2-2)

No fue un día de fútbol lucido el que protagonizó la UD Ourense ante el filial del Lugo, que le puso demasiados escollos a los hombres de Jorge De Dios y fue capaz de adelantarse con dos goles en el marcador. A la postre, los locales, siempre respaldados por su entregada afición, fueron capaces de reaccionar y, al menos, retener un punto que les valió para mantenerse como líder en solitario de la clasificación: 2-2.

La lluvia reiterativa le puso un manto gris a una tarde en la que el once ourensanista solo salvaguardaba a cuatro de los titulares de la derrota en Barbadás, incluyendo a tres futbolistas que asumían su primera titularidad de la presente campaña, como el meta Martín Docampo, el zaguero Samu Pardo y el centrocampista Álex Rey. Se encontraron una presión muy dinámica de su joven adversario y un equipo que parecía tener más claro el plan de partido del chantadino Roberto Fernández.

A los de casa se les veía espesos. Tanto que sus seguidores aceleraban en los cánticos. Aún así, no se vio un disparo a puerta hasta el minuto 20 y fue una tímida intentona del citado Álex Rey, que se le fue alto. En esa guerra de guerrillas ganaban los visitantes, si bien sus jugadores se mostraban romos. No era mucho mejor el rendimiento de la vanguardia de los anfitriones y, de hecho, su siguiente aproximación fue la de otro novato en lo de salir de inicio, Samu Pardo.

En frente, solo asustaron realmente los lucenses al filo de la media hora y, en general, cuando el cuero se aproximaba por la izquierda de su ataque a Usama Arhoun o cuando entraba desde segunda línea Anwar, puesto que Jorge González estaba anclado, sin grandes opciones, pegado a la cal del flanco diestro.

Pero el fútbol gira con rapidez. Jorge De Dios realizó tres cambios en el descanso, tocando todas sus líneas con la inclusión de Corzo, Parrilla y Antón Guisande. En apenas dos minutos, se encontraron con el 0-1 y fue el mismo Jorge González, quien apareció y exhibió en Ourense su velocidad y su facilidad para marcar.

Aunque Luismi hizo trabajar de inmediato a Brais Vázquez a continuación, los vermellos acusaron el golpe y, aunque se rebelaron, lo hicieron de modo atropellado en exceso. Sin ocasiones, claras, la que funcionó fue la conducción de Hugo García, que entregó a Usama para que el marroquí llegado del Málaga demostrara su capacidad.

Inconformismo

Parecía la sentencia definitiva, pero nadie se rindió en Oira. Los ourensanistas se lanzaron a por la igualada y en una subida del central Lucas Puime, el de Gondomar envió al fondo de la red, aunque el árbitro se lo concedió a Parrilla, que también merodeaba el área pequeña.

A partir de ahí, el Polvorín se encogió y se limitó a capear el temporal como buenamente pudo. Con el cambio de Jose por Champi, los anfitriones quemaban todas las naves a rematar cualquier balón que se moviera por el área rival. Yelco pudo igualar pero su punto de mira se desvió por arriba, mientras que otra jugada suya sirvió para David Rojo rozara su tanto, que despejó in extremis el cancerbero del filial.

El alargue fue angustioso para los jóvenes forasteros y la estrategia volvió a ser crucial. Emergió de nuevo Lucas Puime en una área súper poblada y desvió lo justo el esférico para marcar después de cinco minutos de alargue. Y quizás alguno más hubiera venido bien para un líder que se mantiene al frente, con ese trabajado punto de ventaja, sobre el Somozas. Sin aliento.

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