Quejas vecinales por unas aceras de cemento en Ourense: «Esto en el patio de una casa vale, ¿pero aquí?»

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE

OURENSE

Salvo por el pavimento podotáctil, las baldosas fueron sustituidas por hormigón.
Salvo por el pavimento podotáctil, las baldosas fueron sustituidas por hormigón. Miguel Villar

El uso de hormigón facilita el mantenimiento y ofrece mayor durabilidad y accesibilidad, argumenta la Xunta

23 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Policía Local tuvo que calmar los ánimos de un grupo de vecinos de la Rúa da Granxa que este lunes querían parar las obras de reforma de las aceras que está ejecutando la Xunta de Galicia para la mejora de la seguridad vial en varios pasos de peatones. En el que está a la altura del número 94, la zona levantada se cubrió con hormigón. Solo se instalaron baldosas rosas de pavimento podotáctil, que son las diseñadas para guiar el recorrido de las personas con problemas de visión y, en las zonas donde no fue necesario picar, se mantiene el enlosado amarillo. El resultado es una combinación de retales que no satisface a los vecinos.

Además, en la acera que baja hacia la empinada calle Carballo Calero se han eliminado los escalones que ayudaban a subir y a bajar y el remate en hormigón hace temer caídas. «Dicen que las escaleras no son accesibles, pero una rampa con esa pendiente tampoco lo es», lamenta José Ignacio Rodríguez, que tiene un negocio en esa esquina. Justo en ese momento suben por Carballo Calero tres jubilados y lo hacen por la calzada, no por las nuevas aceras. Para bajar ya ni se lo plantean. «Eso es criminal, para resbalar y caer seguro», explica Isidro Justo. Junto a él, Manuel González, que vive en el edificio situado justo enfrente del paso de peatones reformado. Frente a la puerta, la mitad del pavimento es el podotáctil y la otra mitad está en cemento. «Partíronme o portal ao medio», lamenta el hombre, que cree que lo mejor sería volver a colocar baldosas.

Los vecinos prefieren subir y bajar por la calzada en lugar de por las nuevas aceras.
Los vecinos prefieren subir y bajar por la calzada en lugar de por las nuevas aceras. Miguel Villar

Esa es la reivindicación que los afectados trasladaron al delegado de la Xunta en Ourense, Gabriel Alén, que se acercó al lugar tras enterarse de las quejas. «Aunque estemos muy arriba, esto es el casco urbano, no es una senda. Queremos que se nos trate como a todo hijo de vecino. Nosotros pagamos nuestros impuestos y esto en el patio de una casa vale, ¿pero aquí?», se pregunta José Ignacio Rodríguez, que añade: «Les dijimos que nos dijeran un sitio, solo uno, en la ciudad donde estuvieran las aceras así, pero no fueron capaces porque no hay».

La explicación de la Xunta

Alén se comprometió a estudiar las reivindicaciones de los vecinos, pero la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade defiende la actuación ejecutada. Las obras consisten en la mejora de la seguridad vial en seis pasos de peatones para dotarlos de mayor visibilidad y mejor señalización. «Nos treitos nos que se renova a beirarrúa, por estar deteriorada, reponse con formigón, como está a facerse con carácter xeral neste tipo de actuacións, posto que permite unha maior durabilidade, un bo acabado, un menor mantemento e unha maior accesibilidade, algo no que as losetas xeran frecuentes problemas», explican fuentes de la Consellería, que subrayan que este material se emplea incluso en ámbitos Patrimonio de la Humanidad, como el Camino de Santiago, o en la nueva senda de Montealegre, en esa misma carretera OU-101.