La provincia se llena en Navidad de nacimientos clásicos y también de lo más originales
02 ene 2024 . Actualizado a las 15:06 h.Los belenes son una de las tradiciones más arraigadas a la Navidad. En la provincia de Ourense los hay de todo tipo. Algunas opciones apuestan por la originalidad y están hechas de figuras personalizadas. Otras son nacimientos clásicos y también los hay que van aumentando su tamaño cada temporada.
El Belén de Baltar es uno de los símbolos de la Navidad en Ourense. Tiene casi sesenta años y está montado en el espacio expositivo de Arturo Baltar, en la plaza de San Cosme y San Damián, en el casco histórico de la ciudad. En estas fiestas navideñas se abre la puerta de la capilla que alberga el belén para que sea posible acceder directamente a verlo. Se puede visitar en horario de 11.30 a 14.00 y de 17.30 a 20.30 horas. El día 6, solo abre en jornada de tarde.
Otro belén interesante en la ciudad es el de la parroquia de Fátima, en el barrio de o Couto. José Luis Acebedo tiene 85 años y lleva participando en su montaje desde que comenzó, hace más de tres décadas. Él hace a mano la mayoría de construcciones: las casas del pueblo, el río, el molino, el pesebre... y hasta una noria. Utiliza materiales como el porexpán y la polipiedra. El belén puede visitarse de 9.00 a 12.30 y de 18.00 a 19.45 horas. César también hace hincapié en otra actividad de Navidad de la parroquia, la recogida de alimentos. «Es muy importante. Repartimos comida a cien familias ourensanas a través de Cáritas», termina.
Emilio Cid Quintas, Milo, es uno de los ourensanos que aún conserva la tradición del belén. Esta Navidad expone dos de sus creaciones, una en Vilanova dos Infantes y otra en Toén. En el pueblo celanovés muestra por segunda vez un belén inspirado en el burgo medieval, conformado por más de sesenta figuras hechas con espuma de poliuretano y porexpán. Este belén está montado en la segunda planta del antiguo centro comarcal y se puede visitar por las tardes.
El de Toén son 50 metros cuadrados, en donde se replica hasta la iglesia de San Pedro de Moreiras.
En la Sala dos Arcos, en los bajos del Concello de Celanova expone este año Eva González su personal belén, una composición que crece este año con nuevos personajes y escenas. El conflicto de Gaza, representado con un niño palestino y otro israelí que riegan con tristeza una flor, la guerra de Ucrania que continua sumando muertos y que expulsó a miles de mujeres y niños refugiados que llegaron a toda Europa -Celanova incluida- y la amnistía son algunos de los temas de actualidad que se incorporan este año al nacimiento de Eva. De gran formato, lo peculiar de este belén es la creatividad y expresión de la que la autora dota a cada una de las más de 300 figuras.Más allá de la actualidad política, reina el humor y la viveza de cada uno de sus personajes. La plaza del mercado de los jueves de Celanova, con puestos llenos de detalles y miniaturas de frutas, verduras o percebes; la pandemia del covid, desde el primer contagio hasta las vacunas son otros temas de un belén lleno de detalles y creado con mucho mimo que merece una parada detenida.
Uno de los nacimientos más especiales de la provincia, por su originalidad, es el que hace Julia Grande en Loiro (Barbadás) reciclando cáscaras de huevo. Esta ourensana trabaja en Coren, concretamente en la planta clasificadora de huevos, y empezó en el 2019 a hacer decoración navideña reciclando hueveras y otros materiales. En el 2022 montó en Loiro por primera vez su belén, hecho solo con restos de cáscaras y con huevos vacíos. Esta Navidad amplió la estructura, que es tres veces más grande que la del año pasado. Puede verse durante todas las fiestas en el local de la asociación Loiro na Memoria.
En el Santuario da Virxe da Armada, en la parroquia de San Salvador de Rabal, en Celanova, montan cada año un belén. Los vecinos empezaron hace cinco años a instalarlo, gracias a la ayuda de la belenista Mariló Lemos. Se trata de un nacimiento de treinta metros cuadrados en el que se recrean escenas etnográficas del mundo rural gallego. En este caso, la mayoría de casas y construcciones están hechas con porexpán. En el belén da Armada no faltan la fuente, el carro de vacas, ni los caminos empedrados. Puede visitarse sábados, domingos y festivos, de 16.30 a 18.30 horas.
Sin salir de Celanova, en la iglesia de san Salvador, en el convento, se puede visitar también el belén parroquial. Es una creación de formato clásico que ha renovado su composición logrando el equilibrio y la armonía sin salirse de los cánones religiosos.
En Verín es conocido el belén da Viruca. Instalado en el salón parroquial de la iglesia de Santa María a Maior, aglutina escenas típicas de la tradición religiosa con elementos de actualidad. Puede visitarse hasta el 6 de enero, en horario de 11.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 horas.
En Parada de Sil puede visitarse el belén de José, que está instalado en la capilla de San Ramón. Para entrar a verlo, es necesario pedir la llave en el supermercado Pepe, situado justo enfrente.
María Jesús Nóvoa decidió probar a hacer su propio belén porque le encantaban las manualidades. La primera vez que lo expuso fue hace nueve años y ocupaba los veinte metros cuadrados del escenario del antiguo colegio de Maside, que es también conocido como Casa Aberta porque en ella realizan actividades varias asociaciones. Ahora ocupa noventa metros a lo largo del pasillo del edificio de dos plantas. El belén de este año rinde homenaje a las ferias y hay un puesto de quesos, otro de pan, no faltan la pescadería ni la frutería... ni, por supuesto, las pulpeiras. Hasta el 6 de enero puede visitarse en horario de 16.00 a 19.00 horas (la entrada es gratuita).
Hace más de veinte años, María del Carmen Núñez comenzó a dar forma al belén hebreo de Rubiá. Empezó siendo un nacimiento pequeño que colocaba en la iglesia y fue creciendo gracias a la construcción del salón parroquial. Ocupa 50 metros cuadrados y es todo un reclamo en la programación navideña de la localidad. Este año se ha sumado el diorama de Adoración de los Reyes Magos. Hasta el 7 de enero estará abierto todas las tardes de cinco a ocho. A partir de entonces y hasta el primer fin de semana de febrero, solo sábados y domingos.