Si no disfrutas de la cocina de entroido porque te remuerde la conciencia, no te pierdas estos consejos

La Voz OURENSE

OURENSE

Lidia, junto a uno de los murales que hay en la sala de espera de su consulta
Lidia, junto a uno de los murales que hay en la sala de espera de su consulta cedida

Lidia Cumpido, enfermera del hospital de Verín, conciencia a sus pacientes explicándoles el contenido de azúcar de los alimentos

08 feb 2024 . Actualizado a las 18:30 h.

Cocido, orejas, filloas, flores... el entroido se vive en la calle a ritmo de fulión, en comparsas o tirando harina. Y también a la mesa, porque como en todas las fiestas de Galicia, el carnaval también tiene su réplica en la mesa. ¿Qué hacer entonces ante las exquisiteces gastronómicas del entroido? «Hai que comer con sentido. É o que dicimos sempre. Isto non quere dicir que non poidamos tomar estes produtos, pero temos que saber que imos ter unha subida de azucre», resume la enfermera Lidia Cumplido. Es uno de los consejos que le da a los pacientes que pasan por su consulta de Educación Diabetológica en el Hospital de Verín, en la que intenta enseñar a la población cómo adaptar su alimentación para evitar picos de azúcar que deterioren su salud. Comer con sentido es su lema, claro y breve. Y vale tanto para esta como para otras épocas del año, y tanto para diabéticos como para el resto de la población. Además, ofrece también otras ideas. «Empecemos sempre cun prato principal con verdura e con iso e un pouquiño de exercicio compensamos os excesos», sugiere. Así que después del plato, zapato.

Lidia Cumplido sabe que siempre es mejor convencer que imponer y para conseguir que sus pacientes sigan las pautas de alimentación que necesitan para controlar sus patologías no duda en echarle imaginación. En la sala de espera un gran mural llama la atención. Hay fotografías de platos y productos típicos de la oferta gastronómica vinculada al carnaval, desde el cocido o la empanada a las filloas y orejas. Bajo cada una de esas fotos, ha ido colocando sobrecitos de azúcar para que sea fácil reconocer cuánto hay en cada uno de ellos. «Algunha paciente díxome: ‘Lidia, isto está mal. Eu á empanada non lle poño azucre’; e entón é cando lle explico que eses azucres están na fariña ou nas patacas que acompañan ó cocido», relata.

La enfermera recomienda no perder de vista la división del plato en tres partes: una mitad para verdura y en la otra, un cuarto para proteína y otro para los hidratos de carbono que aportan el pan, las legumbres o las patatas. ¿Pero, cómo compensar si no queremos pan pero nos pirran las patatas? Ella recomienda usar los puños. No para agredir a nadie, sino como unidad de medida. «Se non como pan, podo comer o equivalente da seguinte maneira: unha pataca do tamaño dun puño pechado e outra medida igual de garavanzos cocidos, por exemplo. E si quero pan, como tres dediños, e só un puño de pataca, garavanzos ou fabas», explica. Sobre el dulce recuerda que es esencial la contención y aunque está bien terminar la comida con un capricho propio de la época «non vale facer que tódolos días sexan de festa», matiza.

Tampoco sirve abusar de la fruta pensando que como es muy sana podemos comerla sin control. Precisamente sobre esto hay otro panel que destaca en la sala de espera. «Explicámoslles aos pacientes que se poden comer tódalas froitas, pero na sobremesa, e un máximo de tres pezas por día», señala. Los murales también ayudan a deshacer ideas erróneas. Lidia cuenta que mucha gente le dice que no come plátanos porque piensa que tienen mucho más azúcar que otros productos. «É un erro. Teñen o mesmo que unha mazá ou unha pera», matiza.

Pero además de ir cambiando el panel con los menús con los que tradicionalmente se celebran fechas señaladas a lo largo del año, cada semana en la sala de espera se cuelga un consejo de la mascota Gluci, creada en este servicio. En la última, el gluciconsejo explica qué hacer ante una hipoglucemia o bajada de azúcar. «E tamén o que non teñen que facer, porque todo o mundo aproveita para comer chocolate, pan e galletas. E non é así. O que teñen que tomar é azucre e, despois de quince minutos, volver a mirar se remontaron o baixón. Nunha persoa con diabetes é baixa cando está en menos de 70, e menos de 55 para unha sen diabetes», recuerda esta profesional.