Cáritas transforma su viejo ropero para recaudar fondos para la formación

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Los clientes se llevaron algunos artículos para regalar esta Navidad
Los clientes se llevaron algunos artículos para regalar esta Navidad Alejandro Camba

La entidad pretende que funcione todo el año como tienda de segunda mano

19 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado mes de abril Cáritas abrió una tienda en la plaza Mayor de Ourense. El establecimiento forma parte del proyecto Moda Re, una nueva fórmula para gestionar la ropa usada que recibe la entidad, que funciona a nivel nacional y permite un aprovechamiento integral de las donaciones. La tienda está abierta al público en general y es allí también donde las personas en situación de dificultad económica pueden adquirir lo que necesitan (en su caso, sin coste alguno). Esa entrega se realizaba hasta entonces en el ropero ubicado en un bajo de la plaza Mil que Cáritas mantiene en funcionamiento ya que sigue siendo el punto de entrega de las donaciones. Sin embargo, este miércoles esa antigua zona destinada al ropero volvió a abrir sus puertas al público convertida en un mercadillo navideño. Ahora no hay ropa, pero sí multitud de objetos de lo más variopinto que también llevan a la entidad los ciudadanos. Algunos de ellos sirven para aliviar necesidades puntuales a familias que acuden a Cáritas buscando ayuda, pero en general este tipo de artículos no suelen tener el mismo ritmo de salida que las prendas de ropa. El mercadillo pretende dar a todos esos objetos una segunda oportunidad.

Quienes se acerquen estos días a ese local pueden conseguir a muy buen precio, y en perfecto estado de uso, desde cuadros y objetos de decoración a complementos para hombre o mujer, vajillas, maletas, libros y juguetes, alfombras, ajuar de cocina y hasta bicicletas, entre otros muchos objetos. «Tenemos de todo y además a precios que pueden asumir todos los bolsillos», resume Beatriz Justo, la educadora social que está coordinando la actividad. Entre lo más barato, hay ovillos de lana por 30 céntimos o vistosos coleteros de tela por 50. El artículo más caro es una lámpara de diseño o una bicicleta que se pueden conseguir por tan solo 50 euros. «Esperamos que tenga buena acogida, que los ourensanos se acerquen porque seguro que encuentran algo útil o que les encaja en su casa», apunta Bea. El horario de apertura matinal es de 9.00 a 13.30 horas de lunes a viernes. Por la tarde se abre de lunes a jueves desde las 16.00 a las 18.00 horas.

La iniciativa entra dentro de lo que la entidad denomina «Espacio con corazón» y la idea es que tenga continuidad más allá de las fiestas. El mercadillo seguirá surtiéndose de las donaciones que llegan a la entidad y tiene, según explica Beatriz Justo, un doble objetivo: «Por un lado, recaudar fondos para nuestro programa de formación y empleo y, por otro, que los alumnos del curso de operario textil puedan hacer prácticas».

Ahora mismo cuatro personas forman parte de ese curso. Durante cuatro meses, los alumnos reciben formación tanto teórica como práctica orientada a su integración en el mercado laboral. En esa instalación en la que se reciben las donaciones aprenden a abordar labores de inventario y clasificación para luego surtir la tienda que está en la plaza mayor con las prendas de ropa. «En el módulo teórico no solo trabajamos lo vinculado a la formación en el área textil, sino muchos otros aspectos que necesitarán para su integración laboral e incluso social. Aprenden desde a entender un contrato, una nómina o a saber qué es un convenio, hasta otras relacionadas con el trato al cliente o vocabulario», resume Beatriz Justo.

La educadora social recuerda que este programa de formación al que se destinarán los ingresos de este mercadillo de segunda mano es para muchos de sus participantes la primera puerta hacia el mercado laboral normalizado. «Llegan aquí desde situaciones personales muy complicadas y algunas personas nunca han tenido un empleo porque aunque hayan trabajado lo han hecho en precario, muchas veces en B», señala.

Los primeros compradores madrugaron
Los primeros compradores madrugaron Alejandro Camba

Un programa que saca el máximo provecho de los donativos y ayuda a crear empleo

El mercadillo abierto por Cáritas en su local de la plaza Mil no tiene fecha de cierre. La entidad aspira a que pueda seguir funcionando y se convierta en un proyecto estable. «Mientras sigan llegándonos donaciones que lo alimenten, la idea es continuar», recalcaba la educadora social Beatriz Justo. «Tener esta parte de tienda aquí también nos da una herramienta más de trabajo para que las personas que están en formación puedan ampliar el aprendizaje», recalca.

Este mercadillo es una pieza más en el nuevo modelo de aprovechamiento integral de las donaciones que motivó en su día la apertura de la tienda en el centro de Ourense. Tal y como explicó entonces María Tabarés, la responsable de Cáritas Diocesana, se trata de reciclar y dar un nuevo uso a todo lo que la gente entrega para que esa solidaridad de su máximo fruto y nada se pierda. Pero también se pretende que cada iniciativa tenga repercuta y suponga un beneficio directo para las personas con más dificultades que llegan a la entidad, bien creando nuevos puestos de trabajo, bien para formarse. La capacitación laboral es una de las piezas clave de las intervenciones que la entidad realiza con sus usuarios. Desde Cáritas defienden que ampliar las posibilidades de acceder al mercado de trabajo suele ser la mejor receta para salir de las situaciones de exclusión social.

Por el curso de capacitación para operario textil han pasado en este año 16 personas, pero la entidad ofrece también formación para trabajar como carnicero y charcutero, camarero, expendedor de gasolinera, en atención sociosanitaria, agricultura, empleo doméstico y jardinería.