Los sonómetros instalados en Ourense hace 21 años para medir el ruido en el casco viejo no funcionan
OURENSE

Un informe técnico municipal propone adelantar el horario de cierre de los locales para reducir las molestias
02 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La Asociación O Cimborrio ha iniciado una recaudación de fondos para poder denunciar al Concello de Ourense por su inacción frente al ruido del ocio nocturno en el casco viejo. Uno de los argumentos que esgrimirán es que los sonómetros instalados en la zona para vigilar los picos de contaminación acústica no funcionan.
En el año 2004, el entonces alcalde Manuel Cabezas presentó ante los medios de comunicación la puesta en marcha de diez dispositivos para medir el ruido en el casco viejo, que un par de años antes había sido declarado oficialmente como una ZAS (Zona Acústicamente Saturada). Los sonómetros, que costaron 170.000 euros financiados con fondos europeos, estaban en las calles Páxaro, Lúa, Gravina, Pizarro, Pena Corneira, praza do Correxidor, calle de San Pedro y praza do Trigo.
Y siguen estando ahí, pero no funcionan. Así lo acredita un informe del ingeniero técnico en telecomunicaciones del Concello de Ourense. Cuando el proyecto se presentó en el año 2004, se anunció que los datos se registrarían y enviarían en tiempo real a la sala de pantallas de la Policía Local, desde donde se podrían constatar esas posibles infracciones y tramitar las sanciones correspondientes. La Asociación O Cimborrio lleva tiempo solicitando los resultados de las mediciones de los sonómetros municipales, sin recibir respuesta, pero ha tenido acceso a un informe del citado funcionario, que aclara que esos datos no están disponibles.
El técnico aprovecha para sugerir «las bases para la reducción de molestias por el elevado nivel sonoro ciertos días y a determinadas horas que, haya o no mediciones, se es consciente de que se puede reducir». Según dice, lo primero que hay que hacer es determinar si los establecimientos de hostelería cumplen con las condiciones establecidas en su licencia y con la prohibición de tener puertas y ventanas abiertas en horario nocturno. Con un solo local que no las cierre, apunta el funcionario, se superarían los límites de ruido establecidos en la normativa.
Como posibles actuaciones para reducir las molestias que provoca el ocio nocturno, propone diversas medidas. «Mucho me temo que para garantizar el cumplimiento habrá que actuar con severidad», avanza el funcionario, que sugiere un adelanto en el horario de cierre de los establecimientos. También, entre otras propuestas, el técnico municipal recomienda que los locales que no dispongan de equipos adecuados de control tengan prohibido poner música.