La ola de calor también afecta a los medicamentos: algunos se vuelven más tóxicos y otros pierden eficacia

La Voz

OURENSE

Imagen del servicio de Farmacia del CHUO.
Imagen del servicio de Farmacia del CHUO. SERGAS

El servicio de Farmacia del CHUO alerta de la interacción de las altas temperaturas con las medicinas

19 jun 2025 . Actualizado a las 19:49 h.

Hace calor. La expresión es más que obvia esta semana en la provincia de Ourense, donde las altas temperaturas se están dejando notar con gran intensidad. En la última semana del curso escolar, el mercurio marca grados que parecen de agosto. Y aunque no hay nada nuevo en los consejos sobre la importancia de mantenerse hidratado o evitar estar al sol en las horas centrales del día, no viene de más recordarlo, sobre todo pensando en los niños y los mayores. Porque a partir de los 65 años (y en especial desde una década después), las personas presentan una menor capacidad fisiológica de adaptación al calor, una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y un uso frecuente de múltiples fármacos, lo que incrementa su vulnerabilidad. También se encuentran en situación de especial riesgo quienes padecen enfermedades cardiovasculares, renales, endocrinas o respiratorias, así como personas con trastornos de salud mental, movilidad reducida, embarazadas, lactantes y niños pequeños.

Hace calor y eso afecta también a los medicamentos, que pueden agravar los efectos de las altas temperaturas, alertan desde el servicio de Farmacia del CHUO. Los diuréticos pueden causar deshidratación o alteraciones electrolíticas; los analgésicos y antiinflamatorios como el ibuprofeno o el naproxeno pueden afectar a la función renal; y determinados antihipertensivos pueden ver alterada su eficacia por las altas temperaturas. Además, existen fármacos cuya toxicidad aumenta en caso de deshidratación, como la metformina, que se utiliza para la diabetes; la digoxina, pautada en el tratamiento de arritmias cardíacas; el litio, de uso psiquiátrico; o ciertos antiepilépticos. También requieren precaución los medicamentos que afectan al sistema nervioso central, como neurolépticos, antidepresivos y opioides, así como los que interfieren en la sudoración o la regulación de la temperatura corporal, como anticolinérgicos, antihistamínicos o las hormonas tiroideas, ya que pueden dificultar la disipación del calor y aumentar el riesgo de golpe térmico.

El servicio de Farmacia recuerda que no se debe interrumpir ni modificar la medicación por cuenta propia y que cualquier ajuste debe ser valorado por un profesional sanitario. También subraya la importancia de mantener una adecuada hidratación, controlar la temperatura ambiental y vigilar cualquier signo de alarma, especialmente en menores y personas mayores.

Consejos básicos frente al calor

  • Beber más líquidos, preferentemente agua o zumos de frutas fríos, sin esperar a tener sed. Evitar bebidas calientes, alcohólicas, con cafeína o con alto contenido en azúcar.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras y evitar comidas copiosas. Conservar adecuadamente los alimentos en la nevera.
  • Usar ropa ligera, holgada, de colores claros y tejidos naturales. En la calle, protegerse del sol con sombrero, gafas de sol, protector solar y calzado cómodo y transpirable.
  • Permanecer en espacios ventilados, con aire acondicionado o en sombra. Evitar salir en las horas de mayor calor y reducir la actividad física.
  • En casa, usar las habitaciones más frescas y mantener persianas bajadas durante el día. Ventilar por la noche cuando bajen las temperaturas.
  • No dejar nunca a niños ni mayores en el coche con las ventanas cerradas, aunque se trate de una parada breve.
  • En caso de síntomas de agotamiento o golpe de calor, se recomienda llamar al 061 y, mientras llega la ayuda médica, trasladar a la persona a un lugar fresco, mojar su cuerpo con agua fresca, abanicarla y ofrecerle pequeños sorbos de agua si está consciente. Si no lo está, colocarla de lado con las piernas flexionadas y no administrar líquidos.