Paula García, bióloga: «Me gustaría diseñar una aplicación que mi madre pueda usar en la cocina»

Fina Ulloa
FINA ULLOA OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Paula García Oliveira, en el laboratorio de la Universidad de Vigo en el que trabaja actualmente
Paula García Oliveira, en el laboratorio de la Universidad de Vigo en el que trabaja actualmente cedida

Forma parte del grupo de investigadores del área agroalimentaria de la UVigo y acaba de ser premiada por su tesis doctoral

17 nov 2025 . Actualizado a las 22:59 h.

Paula García Oliveira acaba de recibir uno de los Premios de Investigación, transferencia y Divulgación Científica que otorga el Campus Auga —la especialización acreditada del campus ourensano— para reconocer el talento y el esfuerzo del personal investigador de la Universidad de Vigo. Su tesis doctoral Descubriendo el potencial industrial de Árnica montana: un estudio exhaustivo sobre la caracterización, extracción y aplicaciones tecnológicas de compuestos fenólicos, le supuso ser una de las nueve personas distinguidas este año por el jurado, algo que agradece esta canaria de nacimiento —sus padres emigraron a las islas— que se siente tan gallega como el que más. De hecho, confiesa que aunque le seduciría participar en algún proyecto de investigación en el extranjero, no se iría para siempre. «Prefiero trabajar aquí. He tenido la oportunidad de irme fuera y la forma de vivir que tenemos en Galicia no se encuentra en todos lados. Me gusta la investigación, pero también hay otras cosas y es importante estar a gusto en la vida».

Paula cuenta que la biología le apasiona desde muy pequeña. «Nunca tuve ninguna duda sobre qué carrera iba a elegir. Mis abuelos tenían un huerto y a mí me gustaban mucho las plantas, siempre tuve mucha curiosidad por cómo se cultivaban y desarrollaban. Recuerdo experimentos que hacía de pequeña machacando hierba para ver la clorofila», narra. Nunca se ha arrepentido de su decisión. Afirma que las plantas siguen apasionándole. Por eso eligió una de las que más unida está a la tradición de los cuidados para su doctorado. «Yo empecé trabajando con bastantes plantas de la medicina tradicional gallega, me interesaba indagar si alguna tenía algún potencial biológico que pudiera utilizarse para otras aplicaciones además de las ya conocidas. En concreto Árnica seguía ofreciendo muchos interrogantes sobre los compuestos y cuales son responsables de que funcione y quise avanzar en ese conocimiento y en otros usos», cuenta. La investigación que sirvió de pie a esa tesis sigue avanzando con el equipo del que forma parte Paula y han conseguido llegar a un prototipo de películas biodegradables que puedan ayudar a preservar los alimentos debido al componente antioxidante de la planta.

Paula tuvo una incursión en la empresa privada. Trabajó en departamento de análisis y control de calidad de diversos tipos de productos alimentarios. Una experiencia que dice que le gustó. «El mundo empresarial es donde se materializan los trabajos que hacemos los investigadores, es un paso más cerca del usuario final pero la diferencia es que ahí estás más repitiendo pautas y métodos ya establecidos, mientras que en la universidad nosotros trabajamos en la primera fase, desarrollando e implementando esas mejoras que nos permiten seguir avanzando», explica. Paula sigue trabajando en investigaciones relacionadas con el sector agroalimentario. «La diversidad de moléculas es increíble y existen muchas que podrían tener una potencial aplicación», dice para expresar la amplitud del campo en el que le gustaría seguir avanzando.

Su sueño, dice, sería dar un paso determinante en la investigación. «Lo que más me gustaría es que alguna de mis investigaciones llegase a los usuarios, a un producto que cualquiera pueda usar o escoger: un alimento suplementado, un material que proteja los alimentos. Me gustaría llegar a una aplicación que mi madre pudiese usar en la cocina. Ver que algo que has diseñado tú llega al mundo real es lo más», dice. Confiesa que eso es casi una carambola del destino y también que trabaja pensando en una meta más asequible: «Ojalá mis investigaciones sirvan para los que vengan después. Eso es también motivador porque, aunque tu trabajo no llegue a ese beneficiario final, sí que puede sentar las bases para que otros avancen para conseguirlo».

Reconoce que para trabajar en esto hay que tener una gran capacidad de afrontar la frustración porque muchas veces el trabajo se traba en un callejón sin salida. «Hay que saber gestionarlo. Creo que es cuestión de pensar: ‘‘Yo he llegado hasta aquí’’. Hay que calmarse, buscar por donde seguir y pensar que a lo mejor otra persona encuentra un enfoque distinto a partir de donde tú lo dejas».

«Miro las etiquetas pero si de verdad algo me apetece, no me obsesiono»

Paula García cuenta que ha aprendido que para tener la mente despejada para su trabajo necesita alejarse de la idea de rata de laboratorio. «A veces no puedes dejar un experimento a medias y no estás justo pendiente del reloj y de las ocho horas de jornada, pero el tiempo de ocio es necesario. Yo para mantener la cabeza despejada necesito algo de ejercicio. Por épocas he hecho baile, natación y ahora estoy más en gimnasio. También me encanta leer, sobre todo novela negra e histórica y los videojuegos de aventura», cuenta. Pero además, como buena gallega de raíz, disfruta con la comida. «Como de todo», dice. Asegura que, aunque al trabajar con alimentos y compuestos, tiene algo de deformación profesional cuando va al súper, procura controlarlo. «Busco que la lista de ingredientes sea corta y que tenga productos amigables. Miro las etiquetas, pero si algo me apetece de verdad, no me obsesiono. Todo depende de cómo vaya de apurada o incluso de cómo esté es día. ¿Me lo pide el cuerpo? Pues va al carro y listo», cuenta.

Quién es. Paula García (Las Palmas de Gran Canaria, 1994) se formó académicamente en Vigo, donde se establecieron sus padres tras retornar de las islas. Se graduó en Biología y posteriormente realizó el máster de Biotecnología Avanzada y acaba de doctorarse en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.

A qué se dedica. Su primer contrato fue en la empresa privada pero en la actualidad pertenece al Grupo de Investigaciones Agroambientales y Agroalimentarias (AA1), adscrito al Campus Auga, con sede en Ourense.