El gobierno de Jácome da un mes a los placeros de Ourense para irse de la Alameda

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE

OURENSE

Comerciantes y clientes en las instalaciones de la Alameda, que Jácome quiere desalojar.
Comerciantes y clientes en las instalaciones de la Alameda, que Jácome quiere desalojar. ALEJANDRO CAMBA

Los comerciantes piden a la oposición que se ponga de acuerdo para frenar al alcalde

28 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, lleva tiempo decidido a forzar el regreso de los comerciantes a la Plaza de Abastos Número Uno y este jueves dio un paso más en esa dirección. No estaba previsto en el orden del día, pero la Junta de Gobierno Local aprobó en su reunión de este jueves, por la vía de urgencia, la resolución del expediente abierto sobre este asunto. El Ayuntamiento dará treinta días a los placeros para que dejen libres las instalaciones provisionales de la Alameda, que llevan más de siete años utilizando.

En su día se trasladaron allí con la idea de permanecer en ese lugar solo mientras durasen las obras de rehabilitación integral del edificio histórico de la Plaza de Abastos. El Concello invirtió más de cinco millones de euros y, aunque perdió las subvenciones concedidas por el Estado por la demora en la reforma, los trabajos terminaron hace tiempo. El problema es que el proyecto no incluía la dotación de los puestos de venta, de modo que el edificio está rehabilitado, pero completamente vacío por dentro. Además, los comerciantes denuncian deficiencias en la reforma que deben ser solventadas antes de la reapertura. El gobierno encabezado por Jácome defiende que son los comerciantes quienes deben afrontar todos esos costes, calculados en torno a dos millones de euros.

Tras meses de desencuentros, el pasado mes de abril el ejecutivo municipal acordó enviar un requerimiento a los placeros para que presentasen el proyecto del traslado en un plazo de tres meses. Los comerciantes recurrieron esa orden en el Juzgado, que no ha resuelto sobre el fondo del asunto, pero que sí se ha pronunciado sobre las medidas cautelares solicitadas por los vendedores. En septiembre, el juez resolvió que, efectivamente, deben ser ellos quienes definan las actuaciones que son necesarias para regresar al inmueble histórico de la Plaza de Abastos y después ya se verá quién debe sufragar los gastos.

El pasado día 13 de noviembre, Jácome decidió no esperar más y anunció que resolvería el expediente como efectivamente ocurrió ayer. «Os praceiros incumpriron o prazo que tiñan para presentar o proxecto de traslado dos seus postos ao edificio rehabilitado e non teñen dereito a estar na Alameda por caducidade», dice el comunicado difundido por el Concello de Ourense tras la reunión de la Junta de Gobierno Local. El acuerdo prevé dar treinta días a los comerciantes para dejar las instalaciones que están ocupando en la actualidad, un plazo que empezará a contar desde que reciban la comunicación oficial.

El momento de la política

Emilio González, presidente de la asociación de comerciantes de la Plaza de Abastos Número Uno, lamenta haberse enterado del acuerdo adoptado ayer a través de las redes sociales del alcalde. No quiere adelantar acontecimientos hasta leer la letra pequeña de la orden de desalojo, pero se da por hecho que también la recurrirán en el juzgado. González cree que el alcalde está decidido a echarlos de la Alameda y dice que «es el momento de la oposición». Según dice, «todo el mundo está contra Jácome, pero los únicos que se enfrentan al regidor son los bomberos, los funcionarios y los placeros». Los grupos políticos deberían ponerse de acuerdo «y desalojarlo de una vez», sentencia.

Sigue en pie, no obstante, la oferta lanzada por la Xunta, la Diputación y los propios comerciantes para repartir los gastos del traslado siempre que se amplíe el período de la concesión. La Administración autonómica aportaría 1,4 millones, la provincial 200.000 euros y los placeros, los 400.000 euros restantes.

El maratón de plenos del Concello de Ourense seguirá el próximo lunes

El gobierno encabezado por Gonzalo Pérez Jácome apura las últimas semanas del año para cerrar el ejercicio dejando encauzados varios de sus proyectos y tratando de cumplir con trámites urgentes. Este viernes, varios concejales, los que también son diputados provinciales, tendrán doble sesión. A las 8.00 horas se reunirá la comisión de pleno del Concello, convocada por el alcalde para abordar el pago de deudas atrasadas y para derogar las viejas tasas del agua. Después, a las 10.00 horas, se reunirá la Diputación de Ourense y el asunto más destacado a debate son los presupuestos de la institución para el año 2026. Precisamente, el BNG anunció ayer más enmiendas, entre las que está la propuesta de disolución del Inorde (Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico).

La compleja aritmética política de la ciudad se pondrá a prueba de nuevo el próximo lunes. El regidor anunció que ese día convocará un pleno extraordinario. Aunque aún no ha informado del orden del día, además de los asuntos confirmados para la comisión de hoy, en las últimas semanas Jácome avanzó su intención de aprobar varias modificaciones presupuestarias antes de que remate el ejercicio, con el objetivo de poder utilizar ese dinero en el 2026. Sus propuestas eran 3,5 millones para pagar facturas de la concesionaria de la recogida de basura, 400.000 euros para comprar marquesinas para el bus urbano y 700.000 para fiestas, aunque esta última decía no tenerla decidida.