El Ourense CF cae ante el Athletic Club en la Copa del Rey con la cabeza alta (0-1)

Un zambombazo de Mikel Jauregizar despertó de su sueño en la Copa del Rey a un Ourense CF que miró a la cara al Athletic Club durante la mayor parte del choque. Un final digno para un competidor de los dieciseisavos de final del torneo: 0-1.

La declaración de intenciones de los azulones fue clara. Mordieron desde el pitido inicial, incomodaron a su ilustre visitante y hasta se mostraron descarados en la propuesta ofensiva. Al primer balón parado que forzaron, demostraron su pericia en esas lides y el espigado Adri Pérez cabeceó un esférico que se levantó demasiado. El aclamado Dani Vivian se adelantó a Amin poco después para cortar un centro malicioso de César Moreno. Era el primer duelo que ambos gladiadores protagonizaron en el área de los rojiblancos, seguido por la pelota que limpió el central con familia en Berrande.

Antes del ecuador de ese período inicial, a Álex Padilla se le escurrió el cuero rematado por Carmona, terminando en un córner al que Amin no llegó por centímetros. Los leones no aparecían por los dominios de Alberto Sánchez, hasta que encontraron a Iñaki Williams. La primera de sus proyecciones la remató mal Adama Boiro y en las siguientes aparecieron impetuosos Fran Carmona y Adri Pérez para cerrarle el paso. O Couto rugió con la demostración de energía de sus centrales. Y con el ambiente caldeado volvió a emplearse a fondo el capitán sevillano de los locales, anulando una buena internada de Sancet.

Parecía apretar más la escuadra de Primera División pero el equipo de inferior categoría daba la talla y, de paso blindaba su retaguardia con notable solvencia.

Después del paso por vestuarios el cuadro de San Mamés salió más decidido a marcar territorio. Urko Izeta ya se había mostrado vertical antes, pero esta vez ensayó el disparo desde la frontal. Muy alto. Sin descanso, el Athletic firmó su mejor combinación hasta ese momento, Se asociaron Sancet e Iñaki, que la dejó a Mikel Vesga, quien no cogió palos. Desde ambos banquillos se movían fichas para el que debía ser arreón definitivo.

Uno de los que entró en el bando anfitrión fue Álvaro Yuste, cuyo latigazo lejano obligó a internacional mexicano Padilla a estirarse bien a ras de suelo. En todo caso apretaban los hombres guiados por Ernesto Valverde, que merodeaban con mayor intención por el área de Alberto Sánchez. El portero de Plasencia la pifió en una salida de balón y su regalo a los pies de Sancet terminó fuera tras un errático disparo del atacante.

Seguía en el área local el plantel forastero, que además amenazó con la contundencia de un rematador como Guruzeta, quien envió a la escuadra el preciso envío de Gorosabel. A la siguiente desatascaron los ourensanos ese asedio de su oponente con una galopada de Adrián Guerrero, que encaró a Lekue, sólido en la marca.

El último arreón fue de los internacionales vestidos de rojo y blanco. El eléctrico Nico Williams no encontró espacio en sus primeras acciones, pero a la tercera obligó a Alberto a una palomita para sacar el esférico. En el lanzamiento de esquina provocado, Vivian no atinó en su remate, después de cargar el área con muchos hombres. Omar para los de casa y Berenguer en el alargue se rebelaron ante la prórroga, pero no consiguieron evitarla.

El primer asalto del tiempo extra fue un choque de trenes. Ninguno de los dos contendientes era certero en sus pases y, aún así, no había respiro. Tampoco remates, hasta que todos miraban a la pausa y una acción de estrategia le fue al pie a Mikel Jauregizar, quien fusiló a Alberto.

El público reaccionó animando a los suyos y Llácer incluyó a Iker Punzano en lugar de Jerin. Tocaba creer. Sin embargo, las fuerzas ya eran escasas. Alberto privó a Nico del 0-2 y le hizo otro paradón a Guruzeta. El Ourense moló. Y mucho.

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