Ángeles Romero ofrece asesoramiento integral y soluciones personalizadas a quienes se acercan a su tienda en A Valenzá buscando soluciones para reorganizar o amueblar su hogar
22 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando la vena artística y la creatividad forman parte de uno desde su nacimiento, de poco vale intentar despistarlas buscando enfoques de vida distintos. Siempre acaba por aflorar y luego solo queda tener la valentía de dar un giro y caminar por la senda en la que uno se siente realmente feliz. Y eso hizo Ángeles Romero Vázquez (Leiro, 1990) que se recuerda desde pequeña jugando con destornilladores y martillos, y que, según fue creciendo, lo mismo pintaba la casa familiar que ponía papel decorado en las paredes de las de sus amigas o ayudaba con sus consejos a elegir o recolocar muebles para hogares de familiares y conocidos. Todo de forma desinteresada, aprovechando la confianza que tenían en su buen gusto los que le pedían ayuda para disfrutar de algo que era su verdadera pasión: la decoración. Sin embargo, su dedicación era la docencia enfocada a la formación profesional para adultos. Hasta que hace casi un año llegó para dar un curso en A Valenzá (Barbadás) y los paseos por la zona le hicieron abrir los ojos a las posibilidades que este barrio ofrecía. «Vin que había algo que faltaba en min. Pregunteime que estaba facendo da miña vida e optei por darlle forma ó que fora sempre a miña afección, algo que me gustaba e me daba ben. Decidín facer realidade o meu soño», cuenta con un entusiasmo contagioso. La materialización de ese sueño es Melangué, muebles y decoración una tienda abierta hace seis meses en la avenida de Celanova de A Valenzá (Barbadás) y que pretende dar un servicio absolutamente integral a quienes necesitan hacer un cambio en su casa. Incluido el diseño y la fabricación de muebles a medida adaptados a necesidades concretas —de hecho quiere crear su propia linea de productos—, la reorganización de espacios, o la gestión para conseguir piezas especiales. Desde la visita al espacio que quiere cambiar el cliente para conocer sus posibilidades, a la colocación de la alfombra o un cesto con flores, todo pasa por sus manos. Y la idea está funcionando, quizá porque cuando uno pone pasión en lo que hace, se nota.