Están tiradas entre maleza en un terreno sin vallar en Beade y el PP denuncia que algunas ya han desaparecido
06 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El chalet que en 1931 se construyó al inicio de Tomás A. Alonso con diseño del arquitecto Gómez Román no ha sido reconstruido en Beade como había prometido el Concello. Muy al contrario, las piedras de la antigua casa señorial, numeradas, eso sí, están tiradas en una parcela municipal de esta parroquia que carece de vallado y de vigilancia. Por ese motivo, según denunció ayer la concejala popular Teresa Egerique, algunas ya han desaparecido.
El compromiso asumido por el Concello hace una década fue desmontar piedra a piedra el edificio y trasladarlo a Beade para que sirviera de sede a la escuela de música de la parroquia. La realidad es que se construyó un edificio con esta finalidad sin utilizar para ello las piedras del antiguo chalet.
En estas condiciones, el futuro de lo que es patrimonio público es fácil imaginar: si ya han desaparecido piedras, la falta de control puede hacer que muchas más sigan el mismo camino.
Egerique calificó ayer lo ocurrido como «indignante y una grave negligencia». A su juicio, lo ocurrido «es un desprecio al patrimonio histórico de la ciudad y a todos los vigueses al tratarse de un edificio que merecía ser conservado y está en el más absoluto abandono desde hace años».
Esta concejala se desplazó ayer a Beade para dejar constancia de la denuncia, que considera relacionado con la decisión del actual gobierno de construir la escuela de música con materiales modernos y no con las piedras del chalet.
«Hace dos años ya denunciamos la situación, sin que el alcalde hiciera nada por remediarla. No solo eso, sino que la maleza sigue creciendo y en la parcela municipal, un descampado en la práctica, se están vertiendo residuos de obra», explica.
El acuerdo para reconstruir el chalet en Beade, lo que liberó la parcela que ocupaba para construir un edificio en altura, fue firmado por la exalcaldesa popular Corina Porro. Su sucesor, el socialista Caballero, ha decidido ignorarlo con el riesgo que ello supone.