Josefa, con 102 años: «Solo tomo una pastilla para la tensión y otra para dormir»
ESGOS
La centenaria ourensana, que sale de paseo cada día por la mañana y por la tarde, cuenta que come de todo y tiene una analítica perfecta
26 may 2023 . Actualizado a las 20:28 h.Josefa Rodríguez Ansia disfrutó muchísimo del concierto que la coral Os Soñadores, dirigida por Tony Pérez, ofreció este viernes por la tarde en la residencia Alameda que la Fundación San Rosendo tiene en la capital ourensana. «Siempre me gustó cantar y bailar; ahora lo segundo ya no lo puedo ejercitar tanto», comentaba con una sonrisa de oreja a oreja esta ourensana nacida en el pueblo de Lampazas del municipio de Esgos hace nada menos que 102 años. Precisamente la actuación de la coral formaba parte de la celebración preparada para ella por su aniversario y que ya comenzó a mediodía con un menú especial que compartió con la treintena de personas que viven en este centro. Hubo pulpo, pimientos de piquillo rellenos, cordero con ensalada y patatas fritas, tarta, champán y café, y Josefa probó de todo.
Tampoco le hizo ascos a la merienda a base de chocolate con churros y, por supuesto, otra tarta coronada por las tres velas con las que presumía de edad. «Me sienta todo bien y me gusta todo, incluso el dulce. Y tengo las analíticas perfectas. Solo tomo una pastilla para la tensión y otra para dormir», comenta esta centenaria que asegura que no tiene ningún truco para conservarse tan bien. «No hay secreto. Yo como de todo, no le pongo pegas a nada» resume.
En la jornada de su cumpleaños comenzó a trajinar bien pronto, porque de buena mañana, después de arreglarse, se marchó a la peluquería para lucir lo mejor posible en la fiesta. «Fui sola porque gracias a Dios aún no necesito que me lleven», cuenta. Josefa conoce la ciudad como la palma de su mano. «Llegué aquí con once años. Me trajo una tía modista que tenía y con ella estuve y aprendí el oficio», relata. Josefa se quedó con el negocio. «Allí, en la calle Santo Domingo, estuve ochenta años, incluso después de que mi marido se jubilase yo seguí porque venían las clientas a pedirme que les hiciera esto o lo otro», cuenta. Se quedó viuda hace 17 años pero se mantuvo en su casa hasta que un trombo en una pierna hizo recomendable que no siguiera sola. «Llevo aquí cinco años y estoy encantada», comenta esta ourensana que da varios paseos al día.
«Salgo a diario, a la mañana y a la tarde, con amigas y nos lo pasamos genial. Y también a tomar un café con mi primo José Luis», comenta. Él, su mujer Lita y María José Folgoso, sobrina de Josefa, estuvieron presentes en la fiesta. «Yo no tuve hijos y María José hace ahora de madre para mí; me cuida mucho», comenta emocionada esta centenaria que tiene también palabras de agradecimiento para el personal que trabaja en esta residencia de al Fundación San Rosendo. «De la directora a la cocinera... todas, todas son estupendas», certifica.