
Maside entra mañana en las máximas restricciones; y la hostelería se resigna ante el nuevo cierre
18 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El viernes de la semana pasada el comité clínico que asesora a la Xunta anunció que vigilaría Maside, así que los vecinos sabían que tenían el foco puesto sobre ellos. El martes por la mañana, con el anuncio del cribado masivo previsto para hoy, el alcalde, José Manuel Iglesias, lo vio claro. «Cando Félix Rubial, o xerente de área sanitaria, me falou das probas, xa temín o peor», reconoce Iglesias, que dice que el lunes, con 10 casos activos, tenían la esperanza de librar. Pero al sumar uno más, ya vieron peligrar la balanza.
«Son dous gromos en dúas familias, unha con tres persoas infectadas e outra con seis, ademais dunha rapaza que está a punto de recibir a alta xa, e o novo caso», ilustra el regidor. Cree que el comité debería valorar no solo los números, sino las circunstancias, pues entiende que son dos focos controlados, y que no se trata de que el virus esté circulando. «O peor é para os enfermos, que esperamos que se recuperen», dice. De los once pacientes covid que hay en Maside, diez están en aislamiento domiciliario y hay uno ingresado en el CHUO.
El regidor asegura que lo que toca ahora es «resignación e paciencia» y pide a los vecinos que acudan al cribado de esta tarde. Hay 900 vecinos de entre 18 y 74 años citados para hacerse una PCR en el pabellón. «E esperemos que non saian máis casos, pero é importante que vaian todos os convocados; e se hai máis contaxiados, detectalos canto antes», señala.
Comparte el cansancio del sector hostelero, que vive un continuo cambio de normas. «Parece que andas nun tobogán, abrindo e pechando», dice, y entiende que es un perjuicio económico ante el Día del Padre. De hecho, con la festividad de San José y al coincidir en festivo e inicio de puente, tanto en el restaurante Barazal como en Bardelás A Casiña tenían ya reservas hechas, que se han visto obligados a cancelar ya que estarán cerrados. En el caso de Barazal, juegan con la baza de tener una finca en A Almuzara (Boborás) que usan para eventos y a la que han conseguido mover algunas de las reservas que tenían en Maside. «Pero non todo o mundo quere cambiar, así que tamén temos cancelacións», explica Carlos Fernández. Hasta ahora tampoco podían usarla, porque Boborás está en máximas restricciones (que se levantarán mañana). En todo caso, Fernández critica que las medidas entren en vigor con tan poco tiempo. «Non pensan na materia prima coa que traballamos, e temos igual 300 quilos entre pescado e carne», añade.
«Agora que vén a ponte, o bo tempo e amplían o horario da hostalería ata as nove, a nós péchannos», lamenta Alejandro Bardelás, del bar Bardelás A Casiña. Argumenta que es una medida injusta porque no hay transmisión comunitaria, sino dos focos cerrados. «É unha faena, temos que cancelar as reservas polo Día do Pai», dice.