Los vecinos de Pereiras que donaron sus tierras a los monjes de Melón

Pedro Rodríguez
pedro rodríguez MOS / LA VOZ

MELÓN

Un documento confirma que la parroquia de Mos ya existía en el año 1212

11 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Yo, don Menendo, con mi mujer doña Urraca, y con mis hijos e hijas ofrezco a Dios, a Santa María de Melón, al abad y a sus frailes, la heredad de Pereiras con todos sus antiguos términos, con prados, con aguas, con árboles y con todas sus derechuras, donde quiera que se hallen», prometía Menendo en el 1212. Era un vecino de la parroquia de Pereiras, hoy en Mos, que viajó hasta Ourense para hacerle está donación a los monjes de la orden del Císter poco menos de 100 años después del establecimiento de su monasterio en Melón. «Este documento confirma que a nosa parroquia xa existía no ano 1212», dice Antonio Gómez, secretario de la comunidad de montes de Pereiras.

Este testimonio fue descubierto por el historiador Mario Pereiro mientras trabajaba en el archivo del monasterio ourensano. «Estaba buscando información doutro municipio e atopei esta mención á parroquia», explica. Él es el director de la excavación del castro de Pereiras que el equipo de arqueólogos de Castelos no Aire estudia desde 2021. Por eso le envió una fotografía del documento a Antonio, que recuerda que «esto no era solo una donación, sino también una ofrenda religiosa y jurídica, que aseguraba la protección del alma y del patrimonio familiar bajo la autoridad de la Iglesia», explica el secretario de la comunidad montes.

Menendo también firma el documento indicando que lo hace bajo el reinado de Fernando II, un monarca que fue clave para la expansión del monasterio de Melón con numerosas donaciones. Su hijo Alfonso IX y su nieto Fernando III también siguieron su legado con más entregas que, sumadas a las donaciones de particulares como Menendo, convirtieron a Santa María de Melón en uno de los monasterios más poderosos de Galicia y de la península.

El vecino de Pereiras y su familia se aseguraron de que su donativo se cumpliera. «Y si alguno, de mi linaje o de fuera del, quisiese quebrantar o deshacer, sea maldito, excomulgado, y condenado con Judas en el infierno», escribía el abad Martín, el encargado de dar forma en papel al deseo de Menendo. Además, la amenaza concluía que el monasterio podría cobrar quinientos maravedíes a quien osara no cumplir la voluntad de Menendo y su familia. El documento también aclaraba que los monjes podían hacer lo que quisieran con la propiedad. «De tal guisa que desde este día la ayan, la tengan, la vendan, la cambien e fagan della lo que quisieren», escribía el abad Martín.

El documento de Pereiras es una muestra más de la larga historia de la parroquia de Mos, «que aparece con frecuencia na documentación medieval», indica Mario Pereiro, pero que se remonta muchos años atrás. El castro que excava el equipo de Castelos no Aire estuvo habitado, por lo menos, desde el siglo III A.C. hasta la segunda mitad del siglo I, cuando el Imperio Romano ya mandaba en la zona. El lugar tuvo cierta importancia durante la época imperial como confirma el hallazgo de un gran edificio, «duns 150 metros cuadrados, cun trazo que é moi singular e lembra ao das vilas romanas», explica Mario Pereiro, que insiste en que la construcción que descubrieron en Pereiras «parece atopado en Italia».

Los hallazgos en el castro de la parroquia de Mos también han permitido identificar que «era un centro metalúrxico no Val da Louriña porque durante os tres séculos de ocupación había persoas que tiñan o coñemento e pasaban da pedra ao metal, algo inédito en toda a zona». Además, los descubrimientos de piezas cerámicas también han permitido establecer sus vínculos comerciales. Encontraron piezas púnicas que confirman su relación con el Mediterráneo.