Un homenaje con vistas espectaculares para los mayores de Covelo

Uxía Carrera Fernández
U. CARRERA OURENSE / LA VOZ

MELÓN

José Delfín acompañado de su padre, Modesto Francisco, en el mirador que ha construído en Covelo<br /> <br />
José Delfín acompañado de su padre, Modesto Francisco, en el mirador que ha construído en Covelo
 
Santi M. Amil

José Delfín creó «O Banco das lembranzas» para recoger las historias de sus vecinos más veteranos

18 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace diez años que José Delfín tenía en mente hacer algo para que los más mayores de su aldea se sintieran valorados, escuchados y queridos. Recuerda con felicidad su infancia en Covelo, en el concello de Melón, gracias en parte a la sabiduría de vecinos que cuidaron de él. Trabaja en el sector del granito así que unió sus conocimientos profesionales con su deseo más personal. Hoy inaugura «O banco das lembranzas», un mirador en lo alto del pueblo en el que quedan grabadas en piedra las historias de sus vecinos más veteranos. «É unha homenaxe a eles», explica.

El singular banco se encuentro en el punto más alto de la aldea, lo que le brinda unas espectaculares vistas. «Nun día despexado chégase a ver Ourense e, ao fondo, as montañas de Manzaneda», cuenta el ourensano. Esa situación fue una alternativa a no poder hacer la obra en el propio núcleo: «Hai catro lugares de encontro no centro da aldea, pero o banco aí non quedaba ben». Aún así, también tiene un significado de comunidad. Es un cruce de caminos por el que antiguamente pasaban para transportar el trigo, según explica el escultor. Allí se paraban a descansar, charlaban un rato y continuaban hasta sus casas. Está al pie de la carretera.

Con una panorámica a las montañas de fondo, José instaló un banco de piedra y un atril con una placa en la que escribió unas palabras. Para descubrirlas, la estatua espera en lo alto de Covelo. Las dos obras están valladas por una barandilla de eucalipto ardido que instaló con la ayuda de su padre. Modesto Francisco colaboró en la colocación y Roberto Rosendo donó el granito. La idea rondó con fuerza por la cabeza del ourensano cuando le faltó su abuela: «Era quen me contaba historias da aldea». Así que como no quería que ese pasado se perdiera, habló con sus vecinos y llevó hasta el banco sus dichos o sus relatos. Es un homenaje para los mayores y un mensaje para los jóvenes, de recuerda y aprecio a las generaciones pasadas. «Fixen todo isto por darlle algunha historia ao pobo», apunta . En Covelo viven actualmente unos 40 vecinos y hoy se reunirán en el antiguo cruce de caminos para inaugurar la obra de José Delfín. Es la primera vez que este ourensano llevar a la realidad una idea propia y, sobre todo, con sentimiento. Normalmente realiza encargos para terceros, como escudos, figuras... Su banco no será solo el lugar de encuentro más especial de Covelo sino también un espectacular mirador para los visitantes.