«Lo que no vendemos de perfumería lo compensamos con la droguería»

Ángeles Rodríguez trabajó ayer. Y lo volverá a hacer mañana. Ella regente la droguería Escuredo en O Barco de Valdeorras, que es también perfumería y tienda de pinturas. Cuenta que en su caso, una parte del negocio ha repuntado, lo que compensa la bajada de ventas de la otra, así que de momento pueden continuar trabajando ella, su marido y la empleada.

«La parte de perfumería se ha parado totalmente, la gente no compra perfume porque no es un producto esencial; en cambio se ha disparado la venta de lejías, geles hidroalcohólico, guantes, papel higiénico... Esa parte, la de droguería, compensa a la otra, así que logramos estabilidad en una situación atípica», reconoce. «Lo que no vendemos por un lado, lo vendemos por el otro, pero con mucho más trabajo, porque son ventas más pequeñas», explica. A modo de anécdota cuenta que los geles hidroalcohólicos, que era un producto que no se movía mucho (tras un bum años atrás con la gripe A), lo agotó casi al principio de la crisis del coronavirus. «Todos los botes que teníamos los compraron los chinos», relata.

Dice que ha subido la clientela, cree que debido al concepto de tienda de barrio. «La gente viene aquí para evitar las colas de los supermercados, porque es más cómodo, y por cercanía», indica la comerciante. También se evitan aglomeraciones y en Escuredo se esfuerzan poro cumplir (trabajadores y clientes) las medidas de seguridad para tratar de evitar posibles contagios. «Lo que sí notamos es que la gente guarda las distancias», cuenta.

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