Cientos de personas reclaman en Valdeorras medidas urgentes de protección y gestión forestal
O BARCO DE VALDEORRAS








La protesta contra los incendios se celebró en O Barco
11 sep 2025 . Actualizado a las 23:17 h.Treinta mil hectáreas ardidas en agosto devolvieron a Valdeorras el horror vivido en el 2022, cuando se quemaron 10.500. Demasiado miedo y demasiada rabia que hicieron que, esta vez, la sociedad decidiese actuar. Cerca de 1.500 personas participaron en la manifestación de este jueves a pesar de que lluvia no invitaba a salir de casa. Con consignas como «O rural merece máis» o «Valdeorras unida pola terra ardida» fueron las más coreadas en la cabecera, aunque se escucharon también gritos de «Rueda dimisión, máis prevención». No hubo pancartas de partidos políticos ni de sindicatos, aunque sí representantes de todos los colores (incluso del PP, que envió la consigna a todos sus concejales de que no secundasen movilizaciones relacionadas con los incendios) y de las diferentes centrales que representan a los trabajadores.
El artista Anxo Baranga fue el encargado de leer el manifiesto final. «Estamos en pé para defender a nosa terra, porque ninguén o vai facer por nós», empezó. Tras remarcar que cada incendio es una amenaza contra la comarca y su futuro, denunció la falta de prevención y planificación forestal, el abandono del rural, la impunidad de los incendiarios y la indiferencia social y política ante una de las mayores amenazas para Valdeorras. «Esiximos medidas urxentes e efectivas de protección e xestión forestal», dijo, para después reclamar también apoyo real a la población rural por ser la primera guardiana del monte; investigación, persecución y condena de los culpables: así como educación, cultura y sensibilidad para que la población entienda que el monte es patrimonio común.
«Queremos un futuro verde, con vida, con esperanza», dijo. Remató con un «Valdeorras di basta. Valdeorras quere vivir. E nós, fillos e fillas desta terra, xuramos defendela: Nunca máis lume, nunca máis silencio, nunca máis cinza no corazón». Sus palabras fueron respondidas por los manifestantes con un rotundo «Nunca máis».