Llegó a Valdeorras buscando un futuro en la pizarra y 20 años después abre una tienda donde vende bolsos de ganchillo

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO

O BARCO DE VALDEORRAS

María da Silva abrió Lo de María en la calle Pérez Lista de O Barco de Valdeorras.
María da Silva abrió Lo de María en la calle Pérez Lista de O Barco de Valdeorras. LOLITA VÁZQUEZ

María da Silva se decidió a emprender tras trabajar 14 años en una mercería

26 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace más de veinte años, María da Silva dejó su Portugal natal para trasladarse a Valdeorras. En su maleta, la ilusión por labrarse un futuro junto a su marido en una tierra en la que era fácil encontrar un empleo en el sector de la pizarra. De hecho, así fue. Ambos consiguieron trabajo en una cantera, aunque María hace tiempo que lo dejó por problemas de huesos. Y pasó de estar durante la jornada laboral entre piedras a vivir rodeada de lanas, cremalleras y botones. «Estuve 14 años trabajando en una mercería, aquí en O Barco», relata. Fue una época en la que aprendió mucho sobre las labores, un mundo que le encantaba desde niña. Segura de que estaba preparada para dar el salto, decidió emprender en solitario. Hace un par de semanas abría las puertas Lo de María, una mercería ubicada en la calle Pérez Lista. Aprovechó el local que hasta el pasado verano ocupaba la tienda de moda de Charo López, que cerró sus puertas por jubilación. «Nos gustó mucho, tiene mucha luz y es muy bonito. Además, Charo lo tenía perfecto, apenas tuvimos que rellenar con la mercancía y coger un par de cosas», relata.

En el establecimiento hay «un poco de todo» para costura, desde lanas e hilos hasta cremalleras o tijeras. También cuenta con un espacio de telas y con otro destinado a artículos de bebé para bordar, como pueden ser portadocumentos, cambiadores o toallas. Y en este caso la opción es doble, uno puede salir con todo lo necesario para personalizar el producto en casa o pedirle a María que lo haga. A esta emprendedora le encanta el mundo del punto, en especial del croché, y por eso también cuenta con un apartado de bolsos que ella misma ha diseñado a base de hacer ganchillo.

«Yo los vendo, pero también los tengo para que la gente vea diferentes opciones», relata. No solo asesora a los clientes sobre las lanas o las agujas que deben llevarse para cada prenda, sino que también los enseña los puntos en caso necesario. De momento no imparte clases, aunque no descarta hacer algún taller puntual para personas que quieran iniciarse en el mundo del ganchillo o sobre la creación de amigurumis (figuras hechas con croché).

Lo de María también ofrece un servicio de arreglos de ropa. Lleva poco tiempo, pero asegura estar muy contenta con la acogida. «En esta zona hay poco comercio y a la gente le hacía falta», dice, sobre todo en referencia a los vecinos de Viloira, del casco viejo o del barrio de San Roque.