El alto tribunal rechazó el recurso de casación interpuesto por los vecinos de O Carballiño
08 mar 2017 . Actualizado a las 18:02 h.Casi un cuarto de siglo de proceso judicial y escenarios totalmente opuestos para llegar a esa situación tan común en los contenciosos urbanísticos: se promueve una obra con más volumen del legal para especular y aumentar el beneficio económico de la promoción, la justicia constata la ilegalidad cometida y ordena la demolición, los consiguientes recursos y la postura del Concello consigue que se reconozca la inejecución de la sentencia y todo queda como estaba. Un situación que se reproduce en numerosos casos por toda Galicia, de Vigo a Ourense, y que en esta ocasión tiene nombre de hotel, aunque no lo sea.
En el solar que durante décadas ocupó el desaparecido Hotel Rogelia, en O Carballiño, se realizó en su momento una promoción de viviendas. El edificio, con fachadas a la Avenida Julio Rodríguez Soto y a la Praza dos Irmáns Prieto -la entrada principal-, fue objeto de un contencioso que se inició en el año 1992 y que se resolvió hace unos meses, aunque no trascendió dicha circunstancia: en octubre del 2016 fue adoptada la decisión y en noviembre se dio cuenta de la misma en la comisión de gobierno del Concello carballiñés.
Casi 25 años de contencioso
La institución municipal fue adoptando diferentes posturas en los últimos años. Los denunciantes, vecinos del edificio colindante, llegaron a un acuerdo en su momento con el Concello -era alcalde Carlos Montes- para desistir del proceso y cobrar una indemnización. En la etapa de Argimiro Marnotes el criterio cambió y se descartó cualquier pago con cargo a las arcas municipales -el caso de Aurea Soto, la edil de Ourense denunciada por resolver de esa manera una situación similar en el proyecto del antiguo asilo amenazaba cualquier acuerdo en esa línea-.
Agotadas todas las vías, y con una indemnización fijada por la justicia en unos 24.000 euros, los vecinos que denunciaron la construcción ilegal del edificio y el volumen excesivo -la sentencia obligaba a derribar los áticos y 30 centímetros del último piso- decidieron solicitar una indemnización de 814.228 euros por el dinero gastado (415.000 euros) y los daños y perjuicios sufridos.
El punto y final a todo el proceso, tras ver rechazada la petición de indemnización, lo puso el Tribunal Supremo al ratificarse en la firmeza del auto de inadmisión del recurso de casación interpuesto por la procuradora Silvia Barreiro Teijeiro, en nombre y representación de Dolores Varela García-Ramos, Ángeles González Deaño y Antonio López Cerdeira. El Supremo se reafirma en el posicionamiento del TSXG de inadmisión del recurso de casación interpuesto por los vecinos. Y con dicha decisión queda cerrado, para siempre, el caso del viejo Hotel Rogelia.