Solo en Galicia se consume veinte veces más pulpo que el que se captura en nuestras costas.
El pulpo preparado a feira es un santo y seña de la excelente oferta gastronómica del país con más litoral de España, y singularmente es, en localidades del interior, donde se cocina con mas destreza. Melide y O Carballiño son capitales fundamentales para degustar uno de los manjares esenciales del país gallego. Sin olvidarnos de Lugo, que celebra sus fiestas de otoño en honor de san Froilán en torno a la tradición del pulpo cocinado y servido en casetas, por donde pasan miles de lugueses y visitantes.
Hemos conseguido hacer del pulpo, en sus múltiples variantes coquinarias, un producto ya clásico de la exportable «Galicia calidade».
Nuestro pulpo tiene como singularidad esencial que la base de su alimentación es el marisco, especialmente las gambas y las quisquillas, lo que le da un sabor de entrante alimenticio de fiesta mayor.
La mayor parte del pulpo que consumimos procede de Marruecos y Mauritania y una pequeña parte de Portugal. Un pulpo que habla con nuestro acento.
En verano, el menú gallego se convierte en la comida referencial de Octopusland, el país del pulpo, de los calamares, de los chipirones e incluso de las sepias y de las potas, imperio del consumo veraniego de toda suerte de cefalópodos.
No faltan en ninguna carta de chiringuito o restaurante popular que se precie los inefables calamares de la ría, que, si bien es cierto que en el mejor de los años se lograron capturar ciento cuarenta mil toneladas, no alcanzan para todos los demandantes de tan sabroso animal marino.
Todos ellos son hijos menores del temido Kraken, el monstruo marino de las sagas nórdicas, que, con el tamaño de una isla, o de una legua según la leyenda noruega, engullía barcos y marineros, subiendo desde las simas más profundas de la mar a la superficie para sembrar el terror.
Verne los retrató desde su imaginación atacando el Nautilus, y su aspecto se diferenciaba mucho de los grabados de los bestiarios medievales.
Se parecía enormemente a los encontrados en las playas del Pacífico, o a nuestros Kraken cantábricos, como los hallados no hace muchos años en la costa asturiana y que median entre catorce y veinte metros.
En julio y agosto, Galicia es un festín de pulpo y calamares, dejamos para septiembre los chipirones, ellos son los reyes de la gastronomía popular en Octopusland.