Agricultores

Fina Ulloa
Fina Ulloa RECANTO

OURENSE CIUDAD

30 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No. Con años como este es difícil convencer a las nuevas generaciones de que opten por volver sus ojos al rural y hagan revivir las tierras hoy yermas, abandonadas a su suerte, entre la maleza criadero de jabalí y yesca para los incendios. Vivir de la agricultura es asumir un trabajo físicamente sacrificado y vivir permanentemente en la cuerda floja de la incertidumbre sobre el resultado de ese esfuerzo. Cuando no es sequía son inundaciones; cuando no toca helada, toca pedrisco. Y a veces, todo en la misma cosecha, como este año. Para ellos no hay ayudas que permitan paliar las pérdidas porque dicen las administraciones que no es justo que el erario público que llenamos entre todos estén para cubrir las pérdidas de un negocio y que lo lógico es que se firmen seguros. Podría estar de acuerdo, si no fuese porque luego aparecen planes renove, planes del carbón, y muchos otros de similar corte que hacen exactamente eso. Pero el problema ya no solo es que venga un mal año en cuanto a la climatología. El problema, al menos para el sector vitivinícola en Ourense, es que lo que obtiene por su producción en los años buenos no le permite ahorrar para compensar las pérdidas de los malos. La picaresca sigue instalada en la relación de compra-venta y son muchos los que cobran una cosecha cuando entregan la del año siguiente. Ni contratos homologados que fijen precios mínimos para las distintas variedades, ni contratos privados que establezcan un marco legal de la compra. Los consejos reguladores, pobres, no están para eso. Ellos son más bien agentes comerciales y bastante tienen con la organización de ferias y la visita a mercados.