Barro en el tacón

tareixa taboada OURENSE

OURENSE CIUDAD

Exposición de Cristina Roo, en el espacio de arte de Roberto Verino
Exposición de Cristina Roo, en el espacio de arte de Roberto Verino cedida

Cristina Roo rinde homenaje a una festiva rutina vital desde la plástica

30 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hola, cómo estás, llueve, te quiero, adiós». Roberto Bolaño.

Desde mi ventana veo llover es el título del proyecto expositivo concebido como un homenaje a la vida cotidiana, a la intrahistoria empapada de humedad de la rutina, al componente afectivo que nos conecta como grupo humano a través de la naturalidad discreta de las pequeñas cosas. Un paisaje sin artificio ni anécdotas cuyos protagonistas, velados por la anonimia de la masa, se convierten en flâuner baudelaireano que camina bajo la lluvia, explorador urbano que callejeando solo o acompañado está abierto a cuantas impresiones surjan a su paso y es producto de la alienación propia de la ciudad y del consumismo y que, en su confiada laxitud, es objeto de interés para la artista desde la externalización cómplice de su ventana, atalaya privada desde donde observa con la mirada clandestina del voyeur y situándose del lado del espectador, cómo la vida pasa y fluye como un río con su caudal ronroneante de ilusiones, pasiones y tragedias, bajo la trepidación ebria de la lluvia entre lo infinito y lo fugitivo.

Flâneur diletante, consciente en pleno dominio de su individualidad, no badaud absorbido por el mundo exterior, parte del público, de la masa inconsciente: «(…) Así el amante de la vida universal penetra en la multitud como un inmenso cúmulo de energía eléctrica. O podríamos verlo como un espejo tan grande como la propia multitud, un caleidoscopio dotado de conciencia, que en cada uno de sus movimientos reproduce la multiplicidad de la vida…» )Baudelaire)

La exposición que ocupa el Espacio de Arte de Roberto Verino con la serie Desde mi ventana veo llover de la pintora ourensana Cristina Roo, constituye una colección de óleos y acuarelas que reproducen escenas que transcurren en las calles de la ciudad de Ourense y cuyos protagonistas improvisados son ciudadanos que caminan bajo la lluvia semiocultos por el paraguas, dato que responde a una afirmación del grupo humano sin intención de una representación particular del individuo, integrado en el espacio urbano. Pintura de sensaciones y ambientes, un retrato situacional y coral, universal como una obra de Juan Genovés, narrado con lenguaje hiperrealista a través del que Cristina Roo, juega con luces, escala y los encuadres para manipular sutilmente su realidad pintada.

El movimiento y el anonimato inspiran sus obras. La intrascendencia circunstancial de lo cotidiano, invita a imaginar las historias y el destino de los protagonistas, mientras que la perspectiva desde la ventana hace que el paraguas se convierta en protagonista, creando una atmósfera personal protegida, una intimidad preservada en la reserva escogida de la información registrada.  Como en la obra de Shay Kun, reflexiona sobre la memoria y la percepción tomando como tema recurrente las gotas de lluvia y su reflejo y la nostalgia que invocan tales imágenes, cómo se desvanecen en la distancia y se convierten en parte de nuestro recuerdo; la instantánea de un pasado que recordamos con la distorsión de la memoria a través del lenguaje contemporáneo de un realismo posmoderno.

Desde la extraordinaria luz del París lluvioso de Caillebotte a Los paraguas de Renoir. La lluvia sobre New York a través de la pintura urbana de Pete Rumney que libera en sus espacios urbanos una atmósfera sensorial en la que la lluvia choca contra el asfalto mojado, al esfumato velado y húmedo de Turner, Van Gogh, los Impresionistas y Expresionistas, Colunga. El arte de la lluvia del más interesante y comprometido creador de la plástica gallega, Alexandro, y las escenas móviles y urbanas con la trepidación borrosa de las acuarelas urbanas de Isabell Seidel, son muchos los pintores que a lo largo de la historia del arte se han interesado por registrar el misterio de la lluvia y sus efectos emocionales, perceptivos y ambientales.

En los transeúntes en tránsito no se advierte tensión dialéctica entre el individuo y la multitud anónima, apareciendo integrado y adaptado a la comunidad como parte de una muchedumbre solitaria de una sociedad en constante movimiento y búsqueda en su manera de habitar el mundo. La externalización en la mirada de Roo, tan universal como imparcial, relativiza la indolencia o trivialidad del hecho pintado, creando imágenes que reproducen la sociedad que construimos. «Acodado en la ventana, absorto, viendo la lluvia deslizarse por el canalón del tiempo, a codazos la verdad, indolente, asoma; nada ha merecido la pena, salvo tú». Borja Sémper, Como en un cuadro de Hopper.