Los cabecillas de la red que explotaba a mujeres en un club de alterne de O Carballiño siguen en prisión un año después de su detención
OURENSE CIUDAD
Solo una de las cinco personas encarceladas, una empleada del club, ha sido liberada tras el pago de una fianza
23 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Riesgo de fuga, reiteración delictiva y gravedad de los delitos por los que se les investiga. Son algunos de los argumentos que han puesto sobre la mesa los magistrados de la Audiencia Provincial de Ourense para mantener en prisión a los principales cabecillas de la red de trata de mujeres que fue desmantelada en junio del 2024 por la Guardia Civil. A pesar de que los sospechosos han vuelto a apelar al alto tribunal provincial la decisión del titular del Juzgado de Instrucción 1 de O Carballiño de privarlos de libertad, demandando una excarcelación, los togados prefieren que de momento sigan encarcelados.
En uno de los últimos recursos la defensa ponía sobre la mesa el hecho de que hubiera pasado más de un año desde el ingreso en prisión y recordaba que ya se había realizado la prueba preconstituida de las testigos protegidas, en este caso las mujeres que fueron liberadas del club Ninfas, argumentando que «las medidas cautelares ya no se sostenían». A mayores, ponía sobre la mesa los «motivos espurios» de esas testigos protegidas, refiriéndose a sus contradicciones y atribuyéndoles un interés por conseguir beneficios como la residencia o alguna ayuda pública. Advertía, además, que en la actualidad se dedican a la misma profesión de antes, pero ninguna de esas cuestiones ha servido para modificar la situación. «El apelante, aludiendo a contradicciones de las testigos, no concreta cuáles son, ni que merme su fiabilidad la circunstancia de seguir dedicándose a la misma profesión», sostiene el auto, en el que se recuerda al abogado de los cabecillas, tres de los cuales son de la misma familia (padre y dos hijos), que «la instrucción ha ido avanzando en el sentido de aportar más indicios de cargo».
Así las cosas, y salvo nuevos recursos, cuatro de los implicados en la red de proxenetismo aguardarán en la cárcel hasta que se celebre el juicio. Se le investiga por trata de seres humanos con fines de explotación sexual, participación en organización criminal y blanqueo de capitales. Una de las mujeres encarcelada tras la redada, una trabajadora del locutorio del club de alterne, sí fue puesta en libertad hace algunos meses, tras abonar una fianza de 5.000 euros.
La operación tuvo como epicentro el club de alterne Ninfas, situado en Listanco (Maside). Tras un año de investigaciones los agentes de la Guardia Civil irrumpieron en el local en la madrugada del 18 de junio, liberando a nueve mujeres brasileñas que estaban retenidas allí. Aquel día fueron arrestadas ocho personas, entre las que se encontraba Aquilino González, propietario del local. Con él fueron también detenidos sus dos hijos, un hombre y una mujer, así como dos trabajadoras del club y otros intermediarios del grupo. El juez del caso ordenó el ingreso en prisión de siete de ellos, si bien dos de quedaron libres tras pagar fianza. Para los otros cinco, entre ellos los presuntos cabecillas, se decretó la prisión comunicada y sin fianza, una decisión que se mantiene en la actualidad para cuatro de ellos. Tras el dispositivo se ordenó también la clausura del establecimiento de alterne, una medida que a día de hoy se mantiene vigente.
De la presencia en el local de Maside de nueve víctimas jóvenes a las que se les habría retirado el pasaporte nada más llegar desde Brasil sabían los investigadores desde el año 2023. Una de ellas le contó su situación a un cliente y este acudió a la Guardia Civil, facilitando así la puesta en marcha una investigación que llevó a los agentes hasta el país sudamericano, donde recabaron pruebas sobre los métodos de la organización para captar a las víctimas.
Los integrantes del grupo criminal les ofrecían promesas de una vida mejor. Las mujeres, siempre de entornos vulnerables, accedían. La red les pagaba el billete de avión y las trasladaba hasta Galicia, pero nada más llegar se les retiraba la documentación y se les informaba de que habían contraído una deuda que debían abonar manteniendo relaciones sexuales con clientes a cambio de dinero. Los investigadores creen que había control sobre ellas permanente y amenazas. Sus declaraciones serán ahora una prueba fundamental. Tras ser liberadas, quedaron bajo protección de la Xunta de Galicia.