En Solbeira no arrojan la toalla

lucía martínez / r. n. p. OURENSE / LA VOZ

PADERNE DE ALLARIZ

Agostiño Iglesias

«Deixar que peche a escola é un erro. Hai que buscar rapaces onde os haxa», lamenta una vecina de Paderne de Allariz

26 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadie se sorprende ya al hablar sobre el despoblamiento rural en Ourense. Muchos pueblos se quedan sin gente, que busca en la ciudad mejores oportunidades. Es una estampa que se repite año tras año. Pero lo que no se aprecia tanto es una de las consecuencias que esto conlleva: el cierre de las escuelas. Problemática que no hace más que dificultar la recuperación y persistencia de esas zonas, haciendo de ello un círculo vicioso. Es sencillo, si no hay niños ni servicios para ellos, muchos padres se replantearán su estancia y buscarán mayores facilidades en otros centros escolares, concretamente en las ciudades.

Una de las principales razones del cierre de centros es la falta de alumnado, aunque se podrían añadir otras. Es alarmante la cifra de colegios que han cerrado sus puertas en los últimos diez años en Galicia. A los aproximadamente doscientos centros hay que añadirle una nueva víctima, la escuela unitario de Solbeira, en Paderne de Allariz. El colegio, que no abrirá sus aulas en el próximo curso, pasó el límite por los pelos el año pasado. El criterio mínimo estipulado para mantener abiertos este tipo de centros es tener más de cinco alumnos. De los seis niños que estaban matriculados el pasado curso solo quedan tres, lo que hace imposible su continuidad.

Un pueblo sin niños

«Hai moi poucos nenos en Solbeira. Deixar que peche a escola é un erro. Isto aféctanos a todos. Hai que buscar rapaces onde os haxa. O concello ten que preocuparse», se lamentaba Ana, una vecina del pueblo, que en esos momentos se encontraba vacío. Y es que al pasear por la zona apenas se veía algún vecino y ya ni hablar de los niños, que fue imposible encontrar alguno. Al adentrarse un poco más en Solbeira, cerca de una plaza un par de vecinos charlaban. Al preguntar sobre el cierre de la escuela ambos compartieron la opinión de Ana. A ellos la situación no les afecta directamente, ya que sus hijos superan los seis años y estudian en centros cercanos, pero como uno recordó, la situación no es buena para sus hijas cuando estas crezcan y tengan sus propios hijos: «É necesario que coiden o rural, se quedamos sen escola por min xa non hai problema, pero as miñas fillas…». Lo cierto es que durante años aunque no había niños estrictamente en Solbeira, muchos se acercaban desde los pueblos cercanos, pero la situación ahora ha cambiado y eso ha provocado que el centro cerrase sus puertas.

Adiós al relevo generacional

Según datos aportados por el Concello de Paderne, hay 19 niños empadronados entre los 3 y 6 años. De ellos, la gran parte busca mejores alternativas en otros colegios. «Entre outras circunstancias, moitos pais traballan en Ourense ou no polígono e quédalles mellor deixalos aí. Nenos hai, o problema é que os deixen aquí. Non é porque non queiran, moitos traballan e non poden recollelos a súa hora», comentaba el alcalde del municipio, José Manuel Fernández. El regidor asegura que intentó de muchas formas conseguir la continuidad de la escuela, incluso se habló de adelantar la hora de entrada, pero nada consiguió aumentar el número de matriculados. Otra de las situaciones que dificulta la continuidad de los niños en la escuela, es el hecho de que algunos cuentan con hermanos mayores que tienen que cambiar de colegio. Sobre estas cuestiones también se pronunció Sonia, vecina de la zona y madre de dos hijos que fueron a ese centro. «É grave que unha escola se vaia dun pobo. O primeiro que ti buscas cando te mudas a un sitio é a comodidade, a proximidade dunha escola, pero no momento no que non tes unha, xa te plantexas vir a vivir aquí ou non», explicaba. Para ella, las soluciones pasan por aumentar los servicios, como la posibilidad de abrir una guardería que garantice el vínculo de los más pequeños en el pueblo, reducir el ratio o bien adelantar la hora de entrada. De esta manera se garantizaría el relevo generacional. Buenas soluciones o no, para este año las cartas ya están echadas. Con todo, José Fernández ve posible la reapertura del colegio para el curso 2019/2020. Habrá que esperar a la nueva promoción y ver si será posible reunir los alumnos suficientes.