Cantoña, la estación ourensana que cambió los viajeros por frutas, hortalizas y miel

PADERNE DE ALLARIZ

La Diputación rehabilitó el recinto de Paderne de Allariz y lo equipó con maquinaria para transformar los productos del campo
16 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hace ya más de una década que los trenes no paran en la estación de Cantoña, en el municipio ourensano de Paderne de Allariz. En el año 2013 se eliminaron los servicios de media distancia entre Ourense y Puebla de Sanabria (Zamora) y las instalaciones quedaron abandonadas hasta que la Diputación impulsó su rehabilitación. Ahora, tras una inversión de en torno a 800.000 euros, la terminal es un «obradoiro colaborativo», un centro equipado con todo tipo de maquinaria para la transformación y el envasado de productos elaborados con verduras, hortalizas, frutas, miel o frutos secos.
El objetivo es que se beneficien de ese servicio pequeñas explotaciones agrícolas que, de otro modo, tendrían que afrontar una inversión demasiado alta para comprar las máquinas. Además, los particulares pueden llevar los productos de su huerta para hacer, por ejemplo, conservas para su autoconsumo. Todas las elaboraciones salen de allí, además, con un registro sanitario, imprescindible para poder vender legalmente la producción.
Actualmente son usuarias del centro de Cantoña en torno a cien personas. Todos ellas, y las que se vayan sumando al taller, que empezó a funcionar el pasado mes de junio, deben pasar por un curso de formación para aprender a usar la maquinaria que tienen a su disposición. Después, ya pueden entrar en el centro en el momento en que quieran, utilizando un código personalizado para abrir las puertas, aunque al principio cuentan también con un servicio de acompañamiento para aconsejarles metodologías de trabajo adecuadas.
Al cargo de ello están técnicos de Nela, una empresa que trabaja desde el año 2019 en la elaboración de conservas vegetales y cosmética natural en su propio centro de procesado, situado en San Cristovo de Cea. «Se tivésemos nós o de Cantoña cando empezamos tardariamos máis en montar o noso», explica Silvia Garriga, que subraya la oportunidad que supone para los emprendedores poder testar sus proyectos para llevarlos a un escalón más en el futuro. «Está moi ben para coñecer as máquinas que che poden cumprir cando montes o teu negocio», precisa.

Garriga es la encargada de explicar a los usuarios del centro cómo utilizar correctamente las máquinas para elaborar todo tipo de productos. Algunos de los más recientes son, por ejemplo, un deshidratado de grosella y arándanos, una crema de almendra o un zumo de manzana y uva. Una de las primeras usuarias fue Natalia Gallego, que tiene una huerta de 2.500 metros cuadrados en Cartelle y unos viñedos en la Ribeira Sacra. Es ingeniera agrícola e imparte cursos de producción ecológica. «A raíz da covid decidín dar o paso de profesionalizarme e dar exemplo ao alumnado para que vexa que é posible», cuenta la ourensana, que empezó vendiendo cestas de productos frescos. Ahora está muy ilusionada con poder «pechar o ciclo» gracias a la ayuda de Cantoña: «Somos a maioría moi pequenos produtores que, de outro xeito, se isto non fora unha realidade, seguramente non poderíamos permitirnos sacar os elaborados».
Servando Álvarez, técnico del Inorde (Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico), apunta que este proyecto puede ir más allá de la ayuda a los pequeños productores que ya existen, estimulando que otros nuevos se unan y movilicen tierras abandonadas, «que a xente volva cultivar as explotacións do rural, que o rural non se quede ermo», resume.