
Fundado en 1964, el Bar Caracas mantiene viva la tradición culinaria de la comarca
21 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En la pintoresca rúa do Ribeiro, en el corazón de Ribadavia, se alza el Bar Caracas, un establecimiento que ha resistido el paso del tiempo sin perder su esencia. Fundado en 1964 por Celso Sotelo y Rosa Barroso, naturales de Esposende, el bar abrió sus puertas poco antes de la celebración de la primera Feira do Viño do Ribeiro, y desde entonces se ha convertido en un referente gastronómico y social de la comarca.
La historia del restaurantecomienza lejos de Galicia, en Suiza, adonde emigraron Celso y Rosa tras casarse. Allí trabajaron durante años —ella en un hotel, donde aprendió a cocinar— hasta reunir el dinero necesario para regresar a su tierra y emprender su propio negocio.
Tras el fallecimiento de sus fundadores, el bar pasó a manos de su hijo, Manolo Sotelo, quien ha trabajado en el negocio desde siempre y mantiene viva la herencia de sus padres con dedicación diaria. «Conto cun equipo de dous camareiros e catro cociñeiras. O negocio abre os sete días da semana», afirma.
Todavía hoy, el Bar Caracas se mantiene fiel a su filosofía: comida casera, trato familiar y calidad sin artificios. «Entre os platos máis celebrados destacan os pementos de Arnoia e as anguilas, auténticos símbolos da nosa cociña. A eso hai que sumarlle o viño da casa que elaboramos en Esposende dende sempre», explica.
El establecimiento es parte del alma de Ribadavia, un lugar donde el pasado y el presente se encuentran en cada plato. «Precisamente é na Festa da Istoria onde conseguimos maior clientela. Todos os anos veñen comer moitísimas persoas», concluye.