Cinco siglos de fervor religioso en Santo Estevo de Sandiás

sindo martínez XINZO / CORRESPONSAL

SANDIÁS

El párroco, Manuel Vidal, ante el retablo tardomanierista de Francisco de Moure
El párroco, Manuel Vidal, ante el retablo tardomanierista de Francisco de Moure Miguel Villar

Varios actos conmemorarán los 500 años de una joya poco conocida del patrimonio limiano

07 mar 2020 . Actualizado a las 13:29 h.

La iglesia de Santo Estevo de Sandiás cumple medio milenio. Fue uno de las obras mayores de un genio constructor de su tiempo, el maestro cantero luso Bartolomé de Nosende. Se trata de una edificación poco conocida y valorada pese al paso de estos cinco siglos. El encargo de construirla fue realizado por el vicario de la diócesis, Alonso de Piña.

Ante esta efeméride, la parroquia -con la colaboración del Obispado de Ourense y el Concello- prepara para el día 13 una serie de actos de celebración. Una conferencia a cargo del antropólogo Manuel Mandianes será el paso previo a una actuación del Meranski Saxophone Quartet. Pero habrá más actos en los próximos meses. En junio Miguel Ángel González dará una charla sobre la iglesias; y en octubre será el turno de Francisco Prieto.

El templo es insólito por varios motivos. Para empezar se trata de una iglesia con un estilo muy poco habitual en Galicia. Mezcla el gótico tardío con el renacentista. Está a caballo entre ambos períodos. Cuenta con una sola nave con ábside cuadrangular, y uno de sus elementos más destacados es la bóveda de crucería sobre el altar. La portada, de estilo artístico manuelistas (portugués), también es muy poco frecuente en tierras gallegas.

La casa rectoral, del siglo XVIII, completa un conjunto histórico de considerable realce que no cuenta, pese a su valor, con la fama y la popularidad de otras joyas de la arquitectura limiana como la iglesia vieja de Xinzo, el monasterio de Trandeiras o las torres defensivas antelanas.

¿Por qué? El párroco de Sandiás, Manuel Vidal, cree que tal vez el templo haya sido poco promocionado hasta ahora. «Esperamos que la gente empiece a apreciar lo que tiene aquí. Es un monumento de gran trascendencia por sus peculiaridades arquitectónicas, su estructura, su retablo y porque se encuentra en buen estado de conservación», resalta.

La joya real de esta iglesia la constituye su famoso retablo, uno de los más valiosos de la provincia, mandado construir por Pedro Pimentel, señor de Sandiás. Fue realizado entre los años 1603 y 1607 por el escultor Francisco de Moure. Es uno de los escasos retablos tardomanieristas gallegos que ha pervivido hasta nuestros días. «Fue restaurado hace unos 15 años y se halla en una buena situación en general», relata el sacerdote. Está formado por dos cuerpos, tres calles y un ático, donde destacan figuras como las de San Pedro y San Pablo o las de San Francisco, San Esteban y San Lorenzo. Además, la base del retablo presenta un conjunto de pinturas manieristas sobre escenas de La Anunciación, La Visitación, los Cuatro Doctores de la Iglesia y también de varias santas.

Vidal, párroco de la localidad desde hace tres décadas, destaca el hecho de que el templo está en pleno trazado de la Vía de la Plata. «Es, aparte de su valor patrimonial y religioso, un potencial atractivo turístico para el Concello y una obra de gran belleza para contemplar», argumenta.