«El psiquiátrico de Toén no se hubiera cerrado si aún estuviera allí mi padre»

p. seoane OURENSE / LA VOZ

TOÉN

José Fernández

El psiquiatra Manuel Cabaleiro  recuerda a su padre como un trabajador fuera de lo común

10 oct 2019 . Actualizado a las 19:11 h.

Murió muy joven Manuel Cabaleiro Goás, director e impulsor del cerrado psiquiátrico de Toén. Tenía 59 años recién cumplidos. La Academia Médico Quirúrgica rinde hoy homenaje a un pionero, en las fechas en las que cumpliría cien años. Manuel Cabaleiro (Ourense, 1943) tiene en Toén y en su padre, con quien se formó, referencias vitales básicas. Las instalaciones disponían de una vivienda para el director, en la que él estuvo muchas veces de niño, aunque en realidad no residían allí. «Cuando llegué allí para trabajar como médico, los enfermos me llamaban Manolecho, que es como lo hacían en casa. Nada de doctor Cabaleiro. Había otra proximidad», dice.

«Fue una persona extraordinaria, fuera de lo común. Lo fue como padre y lo era como médico, un hombre anormalmente trabajador, que se conformaba con descansar cuatro horas al día. Después de estar todo el día viendo enfermos aún sacaba tiempo para estudiar, para leer y escribir por las noche. Incansable. Llevó la vida que le gustaba», resume Cabaleiro Fabeiro.

Había nacido Cabaleiro Goás en A Coruña en 1918. Murió en 1977 en Santiago. Fundador de la Academia Médico Quirúrgica, se le recordará hoy en un acto de homenaje en el colegio de médicos. La sesión científica versará sobre «trauma y apego», algo sobre lo que los Cabaleiro, padre e hijo, trabajaron en su día. «Es la relación madre e hijo. Mi padre utilizaba más la descripción empleada por Rof Carballo y prefería referirse a la urdimbre afectiva, que es la relación transaccional entre madre e hijo».

Los años sesenta y la emigración ofrecían «un caldo de cultivo fuera de lo normal para estudiar aquello». Había, recuerda, «una base humana tremenda para ver cómo el niño, cuanto más pequeño, más afectado se ve».

«Hasta los tres años solo ve a la madre. El padre es un señor que le hace carantoñas. A partir de los tres años se equilibran los roles. Los abuelos los cuidaban, muchísimo, pero una madre es insustituible. El niño lo veía como un abandono. Mi padre promovió que se hicieran ese tipo de investigaciones», recuerda.

El psiquiátrico de Toén iba a ser la leprosería de Galicia. Pero el descenso de esa enfermedad animó su reconversión y tuvo otro destino. «Fue un centro piloto de la OMS. Lo habitual entonces eran centros con 1.600 personas. Aquí se dimensionó para cuatrocientos, una cifra a la que nunca se llegó. Cuando cerró, yo ya no estaba. Ni mi padre tampoco, claro».

Problemas subsanables

En Toén, con auxiliares que en buena parte eran originarios de la zona, los enfermos salían y se movían por la zona, con lo cual el grado de control se salía del recinto. «Con mi padre no se hubiera cerrado Toén. Si él estuviera allí, se hubiera arreglado, pero no se hubiera cerrado. Había problemas, es verdad, pero subsanables. Piñor estaba todo abierto y hubo que cerrarlo, pues, como es fácil de ver, las instalaciones no pueden ser iguales para atender a enfermos tuberculosos, como en origen eran los de Piñor, que para psiquiátricos. Creo que incluso se hubiera ahorra dinero».

Cabaleiro Goás, en opinión de su hijo, se hubiera adaptado perfectamente a los tiempos. «Era una persona abierta. Nunca descartó corrientes psiquiátricas. Era biologicista, es decir, pensaba que en la cabeza está todo: aquí, neuronas; aquí, cerebro; aquí, bioquímica,... Y después está ver cómo vive cada cual su enfermedad», asume el hijo, que no deja de resaltar cómo Toén fue el primer psiquiátrico español que integró psicólogos en su plantilla.

Y es que en 1959, como resalta Cabaleiro Fabeiro, apenas hacía siete años de la aparición de primer psicofármaco, Largactil, utilizado para la esquizofrenia. Vaya, que el mundo era diferente.

homenajes

Son dos actos los que en pocos días se celebrarán en Ourense con ocasión del centenario de Manuel Cabaleiro Goás. El primero, a las ocho de esta tarde, en la sede del Colegio de Médicos. El segundo, el lunes día 17, también a las ocho, será una mesa redonda en el centro cultural Marcos Valcárcel.