





















El primer fareleiro internacional de A Limia abre el período del entroido en Galicia con un domingo repleto
03 feb 2020 . Actualizado a las 08:32 h.Limpio y blanco Don Carnal ya reina en Xinzo y en Galicia. Como buen diablo que es se estrena níveo e impoluto, comedido. Con más de 200 kilos de harina volando por doquier y en tierra limiana, por supuesto, su terreno predilecto, como Messi en el Camp Nou, Ronaldo en el Bernabéu o Kobe en el Staples Center. Luego ya vendrán sus travesuras. Se levantará el primero y se acostará el último durante un mes. Incitará a los benditos vicios del humano: la bebida, la carne y el desenfreno. Su imprescindible némesis, Doña Cuaresma, calla y deja hacer. De momento. Ya habrá tiempo de recogimiento. Nada ni nadie lo podrá evitar. Pero para eso aún quedan 30 días. La Piñata, el 1 de marzo, cerrará hasta el 2021 lo inaugurado este sábado con el petardazo.
Cinco de la tarde de un espléndido domingo de invierno en la Praza Maior de Xinzo, epicentro de cientos de fareleiros que en A Limia se han desarrollado durante siglos. Los niños son los protagonistas de la fiesta, algunos de ellos la vivieron ayer por primera vez, desde un carrito de bebé bien cubierto por plástico. Otros ya llevan muchos encima. Es el caso de Julio Martínez, de 73 años, uno de los históricos alma máter de la organización de los festejos carnavalescos desde tiempos muy pretéritos. «En los años cincuenta y sesenta la fiesta era muy diferente. Había muchos menos medios que ahora y no tenía la misma repercusión mediática. Era todo mucho más humilde, pero la gente participaba igual, pese a que la iglesia y las autoridades miraban con recelo el festejo».
Tampoco falta algún que otro turista o neófito que se queda sorprendido por el despliegue de jarana y reparto de farelos que inundan la plaza limiana. Algunos se estrenan por primera vez en una fiesta en la que participarán durante aún muchos años. Es el caso de Antía López, de 3 años. Todo iba bien en el debut hasta que unos petardazos la asustan y corre a esconderse a una esquina. Su padre, Daniel López, aclara: «Esta es su primera vez y está un poco sorprendida. Le han echado farelos en la cara y la han molestado un poco».
El de este domingo fue un inicio atípico del ciclo del entroido antelano. Con un calor por encima de los 15 grados y un sol luminoso que contrastaba con otros fareleiros de lluvia, frío y hasta nieve.
La otra nota pintoresca de la celebración es su categoría. Por primera vez, esta festejo limiano lleva aparejada la declaración de fiesta de interés turístico internacional, concedida por el Gobierno el año pasado. Carnal juega así en la Champions de los carnavales hispanos, como los de Tenerife o Cádiz. La comisión organizadora dispone este año de un presupuesto récord, más de 150.000 euros.
La semana que viene tocará el corredoiro. Luego tendrán lugar el colgamiento del meco, el oleiro (con la presencia de las pantallas) y finalmente, los cinco días grandes, del viernes al martes de entroido.