Un joven de Poio crea una página «web» sobre Eurovisión que visitan cerca de 2.000 personas al día Óscar Abilleira Muñiz rechaza el término de «fan» de Eurovisión, porque asegura que no ve el certamen más de dos veces al año. «Hay gente que lo graba y luego se lo repite continuamente», dice. Este joven de 23 años es profesor en un colegio de O Grove durante la jornada laboral y creador de una página «web» sobre el concurso de canción que visitan 2.000 personas al día en su tiempo libre. La dirección «www.eurovision-spain.com» ofrece una completa información y opinión sobre la historia de un certamen con rumores de «tongo» y, cómo no, sobre el programa más visto en la historia de la «caja tonta» en España: Operación Triunfo, sobre el que afirma que ya hay chistes por todo el viejo continente. A Rosa le da ocho puntos.
02 abr 2002 . Actualizado a las 07:00 h.El problema no es tanto de la propia Rosa de España como de la canción que representará a nuestro país en Eurovisión. «La decisión de Televisión Española de seleccionar tres de las nueve canciones que optaban al concurso de los mismos compositores, los hermanos Ten, ha sido muy criticada», apunta Óscar Abilleira Muñiz. El joven de Poio no oculta que el festival no se escapa a la amenaza de «tongo» que sufren todos los concursos. «Hay muchos rumores y, normalmente, si interesa que un país gane, suele ganar», afirma, y añade que este año sería beneficioso para muchos estados que España se alzase con el premio. «Hay varios países que han comprado el formato de Operación Triunfo, así que a TVE le interesa que se demuestre que funciona el programa», explica Abilleira. Además, la permanencia de la piel de toro está garantizada. Ni España, ni Francia, ni Alemania, ni Inglaterra pueden ser eliminados, porque son los países que más aportación económica realizan al certamen. Eurovisión se financia entre el país que acoge el festival y el resto de los participantes. El profesor reconoce, sin embargo, que en más de una ocasión nuestro país se mereció que lo echaran «a patadas» del concurso, como cuando fuimos representados por Antonio Carbonell y su flamenca ¡Ay, qué deseo!. O también aquella otra en la que Lydia apareció con un vestido diseñado por Ágatha Ruiz de la Prada. «No tenía desperdicio», señala Óscar. Entre los inolvidables momentos patrios Abilleira destaca la interpretación del Vuelve conmigo con la que deleitó Anabel Conde a los televidentes en 1995, año en que nuestro país obtuvo el segundo puesto. El joven considera que ésta la última oportunidad de España de salvar la rentabilidad del certamen. «Este año se espera que vean el concurso más de veinte millones de personas, hasta un share del 80%, cuando la media estaba en ocho millones de espectadores». Abilleira relaciona el escaso éxito de que goza el concurso en nuestro país con el bagaje histórico de Eurovisión, «tan vinculado en su momento al franquismo». Y recuerda que Italia -en 1995- y Portugal -este año- optaron por abandonar el festival ante la falta de audiencia.