
El dos minutos | Teatro, «Con las alas cortadas» El actor protagoniza, con Blanca Marsillach, la obra de John Godber adaptada y dirigida por Ana Diosdado
15 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.La obra social de Caja Duero ofrece esta noche el montaje Con las alas cortadas, de John Godber, una comedia protagonizada por Blanca Marsillach y Juan Gea que se escenifica en el Pazo da Cultura, a las 21 horas. Las entradas pueden adquirirse en el Principal, de 11 a 14 y de 17 a 19 horas, y en el propio pazo desde las 19.30 horas. Los actores explicaron ayer que se trata de una comedia que refleja la situación de una pareja que se lleva mal. Viven en un pueblo de Inglaterra del que nunca han salido. El está en el paro y ella vende calzado deportivo en una tienda. La obra refleja la convivencia de la pareja cuando ya se ha desgastado la relación. Luego, en tono de comedia, se crean una serie de situaciones en las que cualquier persona se puede ver reflejada, hasta que les toca un viaje a París. «Allí -dice Blanca Marsillach- da un giro la obra, los personajes sufren una transformación». Ana Diosdado, responsable de la adaptación y dirección del montaje, cambió el rumbo de la obra y la lleva a un final totalmente distinto al del autor. Los protagonistas afirmaron que se lo pasan «fenomenalmente bien en escena, hay muchísima química». Juan Gea subraya que en la obra se habla de la relación entre los seres humanos, entre las parejas que ya no saben ni qué decirse, de las circunstancias de cada uno, del paro, de muchos temas que son muy actuales, pero siempre en clave de comedia. Llevan año y medio de gira y tienen trabajo hasta abril del 2006. Desde Pontevedra se marcharán a Lugo, donde actuarán el viernes, y luego, a Jaén. «Del norte al sur -dice Gea-. Hay veces que no sabes en qué ciudad despiertas, es delirante. Viajamos en tren, en avión o en un coche destartalado que tenemos para las giras». «Cuando vas de gira -añade- es como si en tu ciudad y en tu casa se quedaran los problemas aparcados, y como tienes la excusa de que estás fuera viajando, no puedes hacer nada ni por resolverlos ni por crearlos, es como un paréntesis». Por cierto, que en esta gira, hace apenas una semana, se les murió su mascota, Tila, una Yorkshire que les acompañaba siempre y a quien colaban en hoteles, cines e incluso aviones. Incienso en el camerino También hablaron sobre supersticiones y manías. Blanca Marsillach enciende siempre una vela con incienso en el camerino, y no para ni un momento hasta salir a escena. «No se como lo hago, pero siempre mancho el camerino de maquillaje por todas partes», confiesa la actriz. Por su parte, Juan Gea confiesa que le gusta ir en contra de las supersticiones, «es como un reto», afirma. Luego explica que desde que «entras al camerino y comienzas a maquillarte y a cambiarte, hay un proceso de transformación sin querer que te va aislando del resto y te va metiendo en el personaje». Luego suele hacer un poco de ejercicio para ponerse a punto. Sobre sus preferencias como actor, Gea cree que «el escenario tiene algo, es una especie de droga que transforma. Cada medio te da una cosa e interiormente para el actor es lo mismo, pero el contacto directo con el público, el respirar la respuesta es lo mejor». Comentó que el teatro es «el único espectáculo donde el público tiene la posibilidad incluso de transformar lo que está ocurriendo en el escenario». Precisamente ese contacto con el público es lo que destaca de subir a un escenario, «el único sitio donde el actor es dueño de sus actos desde que se levanta el telón hasta que finaliza la función. Es un salto al vacío, un suicidio», remacha.