Monte Porreiro ensaya la reconciliación tras el conflicto por los realojos de O Vao

Jaime Velázquez

PONTEVEDRA

29 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Ayer tuvo lugar en la casa de cultura de Monte Porreiro el Día Internacional de los Gitanos. El evento, que se celebró por cuarto año consecutivo en el barrio pontevedrés, puso de manifiesto la fractura social desatada por el conflicto de los realojos de O Vao.

A la casa de cultura asistió menos gente de lo habitual, y, sobre todo, menos gitanos. Las pancartas han desaparecido de las ventanas, pero las manifestaciones en contra de los chabolistas perduran como un eco que devuelve los gritos después de que se hayan extinguido.

El Día Internacional de los Gitanos, previsto para el día 8 de abril, se celebró en Monte Porreiro con veinte días de retraso. La tensión social llevó a los organizadores, la Fundación Secretariado Gitano, a posponer el acto. «Non se poido facer antes -añadió ayer Santiago González, responsable de la organización- simplemente porque todalas actividades na casa de cultura suspendéronse no mes de marzo. As nais non querían traer os fillos as actividades polas pancartas que había colgadas no centro».

Los programas de refuerzo escolar y ocio pudieron retomarse en abril. Ayer, un grupo de niños participantes de estas actividades ofrecieron, por fin, una actuación como colofón al evento. Yolanda, madre de una de estas niñas gitanas y residente en Monte Porreiro desde hace 17 años no se esperaba la reacción de sus vecinos payos contra los realojos. «No iba con nosotros, nos mantuvimos al margen; llevamos muchísimo tiempo en el barrio», recordó ayer. «Los vecinos están tranquilos y a nosotros nos tratan igual de bien que antes».

El salón de actos de la casa de cultura era una alegoría de la situación del barrio. Sentados a la derecha del escenario, los payos; a la izquierda, los gitanos. En el centro, el pasillo, un hueco.