Los Celtics no se rinden. La franquicia de Massachusetts dejó claro que si los Lakers quieren revalidar el título de campeones de la NBA tendrán que luchar hasta el último segundo. Los de Doc Rivers mostraron su cara más competitiva para vencer 96-89 a los angelinos, seguir con vida y llevar el empate a dos a la final. Una vez más, los locales cimentaron la victoria en la aportación del banquillo. En este caso el sexto jugador fue Glen Davis, que se convirtió en un jugador fundamental con 18 puntos en tan sólo 22 minutos.
La igualdad se mantuvo durante todo el choque, que se resolvió por pequeños detalles. Boston salió con una consigna clara: tapar a Bryant. Y lo consiguieron. La estrella de los Lakers sufrió un férreo marcaje que le dejó agotado físicamente. Aún así, el escolta angelino sumó 33 puntos, capturó seis rebotes y repartió dos asistencias. Pau Gasol recuperó su nivel con 21 puntos gracias a 6 de 13 en el tiro de campo, que incluye un triple errado. El de Sant Boi logró mejor porcentaje desde la línea de personal (9-10). Pero los Lakers se quedaron con esos dos jugadores en el aspecto ofensivo. Nadie más logró dobles dígitos. Por el contrario, en los Celtics hasta un total de seis jugadores lograron igualar o superar esa cifra. Una prueba del mayor peso del banquillo local y el juego colectivo. El mejor en Boston fue Paul Pierce con 19 puntos. Sin embargo, a pesar de estos números, los Lakers se marcharon al descanso con una mínima ventaja (42-45).
Todo rodaba bien hasta que se lesionó Bynum (otra vez la rodilla) y el banquillo de los Celtics aplastó a los Lakers. Glen Davis (16 puntos) y Nate Robinson (12) fueron los héroes de los verdes. Pierce acabó con 19 , Garnett con 13 y Ray Allen con 12.