Pequeños viticultores en la guardería O Tombo

J. Canosa redac.pontevedra@lavoz.es

PONTEVEDRA

24 sep 2010 . Actualizado a las 02:14 h.

Los nuevos métodos educativos llevan a que los profesores se expriman el cerebro para enseñar contenidos de manera entretenida. Así lo ven los responsables de la guardería O Tombo en Sanxenxo que decidieron en el día de ayer mostrar a los niños todo el proceso de vendimia. Los querubines, de edad muy temprana, tuvieron que recoger las uvas de un viñedo colocado especialmente para la ocasión en la clase. Después colocaron la fruta en los bidones de vendimia, para pisarlas al más puro estilo tradicional. Los pequeños asistieron a la lección práctica con los ojos como platos, asimilando cada paso del proceso, enriqueciéndose con una labor que se lleva haciendo en estas tierras desde hace siglos.

Todos estos trabajos dieron como resultado el preciado zumo de uva. Los chavales aprovecharon la ocasión para embotellarlo en recipientes dispuestos al uso. Lo curioso es que estas botellas incluso tenían denominación de origen. Esta se refería a los organizadores y al lugar de acogida. O Tombo, que así se llamó el producto no pretende competir con reputadas marcas como Rioja o Rías Baixas, pero, seguro que muy pocas han enseñado tanto como esta. El proceso de creación del zumo de uva denominación O Tombo concluyó con una llamada a filas de los cuidadores. Tras un par de órdenes y gritos todos los pequeños se sentaron en sus respectivos sitios para contemplar el trabajo bien hecho. Dos botellas de un caldo que pasará a la historia por ser el primero hecho por exclusivamente por menores de 5 años.

Este evento fue una idea de la dirección del centro, que pensó en comenzar el curso escolar con buen pie. Así, se organizó una jornada especial que coincidió con el inicio de clases. «Creímos que sería una manera interesante de enseñarles como es en realidad todo el proceso de fabricación del vino que toman sus padres», confiesa uno de los responsables del centro. Y es que pese a ser muy pequeños, «se portan muy bien», admite una de las cuidadoras de la escuela.

En una ciudad donde es difícil andar cien metros sin cruzarse con un carrito de bebé, lo que sin embargo faltan son guarderías que permitan hacer realidad esa palabra llamada conciliación. Pontevedra suma desde hoy un nuevo centro privado, iniciativa del grupo Previsión Sanitaria Nacional (PSN) y que lleva el nombre de Bicos. Ubicado en la calle Arzobispo Malvar, 20, tiene un total de 78 plazas (todavía hay libres) para niños de cero a tres años, y se trata de un centro exclusivo para hijos de profesionales universitarios de cualquier ámbito. La escuela cuenta con una superficie superior a los 500 metros cuadrados en los que se distribuyen sus seis aulas y una más polivalente que puede utilizarse como comedor o para la realización de diversos talleres.

Cambiamos de centro educativo para dar cuenta del acto de apertura del curso escolar 2010-11 que se celebró en el colegio Los Sauces y que tuvo como protagonista al doctor Juan José García Cota, el médico traumatólogo de la selección española de fútbol, flamante campeona del mundo. El médico, que practicó el balompié en su juventud, incluso se vino de su A Estrada natal para militar en el Pontevedra C.F. como portero antes de iniciar sus estudios universitarios, habló, como no podía ser de otra forma, sobre la educación y el deporte, contando también detalles y anécdotas de su estancia en Sudáfrica y del trato con los jugadores. Al finalizar el acto, profesores y alumnos compartieron un vino español.

De un curso que empieza pasamos a uno que terminó. El presidente de la Diputación, Rafael Louzán, echó el resto el pasado miércoles y emulando al torero Jesulín de Ubrique se encerró el solo con un ejército de mujeres. Bromas aparte, la imagen lo dice todo. El presidente provincial clausuró, en el Castelo de Soutomaior, el programa de formación para mujeres Pensa en tí, acto en el que participaron la friolera de tres mil mujeres.