El último acto oficial al que acudió en Galicia fue en la ciudad en el 2010
17 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.De viaje en América para mimar a la emigración, solo unos días antes de su visita oficial que como presidente de la Xunta tenía programada al Ayuntamiento de Pontevedra en el 2001, Manuel Fraga no pudo asistir a un acto de su partido en la ciudad. Los suyos optaron por instalar en la entrada una mesa en la que se podían comprar biografías del presidente a seis euros. Fraga era marca de victoria segura.
La marca llegaba en ocasiones incluso a eclipsarle. Tanto, que en el 2002, cuando visitó la ría de Pontevedra en plena marea negra del petrolero Prestige, y al amparo de la figura del príncipe Felipe, Manuel Fraga, con una figura mermada, seguía conquistando.
Entre piropos generalizados al heredero de la Corona, una señora prefirió fijar sus ojos en Fraga mientras decía entre nostálgica y sorprendida: «Ai, que maior está. E pensar que como el non nos ven outro». Era el 16 de diciembre del 2002, cuando los carteles electorales del PP difuminaban indisimuladamente la edad del presidente.
Siete años después hizo en Pontevedra uno de sus últimos esfuerzos por aparecer en campaña electoral con su partido. En la plaza de toros acompañó a Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijoo en un multitudinario mitin talismán que marcaría el inicio de la vuelta del PP a la Xunta de Galicia. Poco después, prácticamente desapareció de la escena pública.
Pero Pontevedra fue precisamente lugar de uno de sus últimos actos públicos. Ayer lo recordó Rafael Louzán, presidente provincial del PP. «O 4 de novembro do 2010 recibiu aquí o último premio entregado en Galicia», dijo en referencia al Premio Otero Pedrayo, que recogió en la Diputación. «En nome dos alcaldes e militantes do Partido Popular de toda a provincia quero expresar a dor que sentimos», trasladó desde la Diputación donde se le entregó aquel galardón.
Menos extenso en su reacción fue el regidor, Miguel Anxo Fernández Lores. «O Concello de Pontevedra -dijo ayer el alcalde- quere transmitirlle á familia un sentimento de dor. Non é este o momento de facer valoracións políticas, que, en última instancia, son sobradamente coñecidas, desde o noso punto de vista». Y punto, que diría el propio Fraga.
«O Concello de Pontevedra quere transmitirlle á familia un sentimento de dor»