«El mostrador aún es necesario para la venta personalizada»

Elena Larriba García
Elena larriba PONTEVEDRA /LA VOZ

PONTEVEDRA

23 ene 2012 . Actualizado a las 07:03 h.

Es uno de los comerciantes con más tradición de la ciudad. En los últimos cincuenta años ha visto la evolución del centro histórico de Pontevedra, ha sabido modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar a la atención personalizada desde el mostrador.

Ernesto Filgueira Eiras pertenece a una saga de comerciantes. Su padre ya lo era. Además de contratista, tenía una pequeña tienda en la rúa da Ponte, conocida como La Pitarra. Y su hijo, Ernesto Filgueira Touriño, veinte años presidente del Área y Centro Comercial Urbano Zona Monumental, es quien lleva ahora las riendas del negocio familiar en la plaza de Méndez Núñez y en César Boente.

Comenzó a trabajar cuando era casi un niño en Telefónica, en San Román. Y con apenas 14 años lo ficharon los míticos Almacenes Simeón, de venta al detalle en sus propios comercios y al por mayor. «Primero estuve 10 años en la tienda de Pontevedra y después 11 en Vigo como viajante, vendiendo nuestro producto por todas las Rías Baixas».

En 1963 cogió el traspaso de la Casa de los Paraguas a Justo Nieto, «que solo vendía paraguas y mantas». Cuenta Filgueira que le pidió 100.000 pesetas y una renta mensual de 1.500, «pero si mantenía el nombre de la tienda, me rebajaba 50.000».

Y así fue. La Casa de los Paraguas - sobrenombre que aún conserva por recomendación de especialistas en márketing- es hoy un establecimiento de confección de caballero y señora, con una clientela de toda la vida que ha ido creciendo a costa de diversificar y ofrecer cada vez más y mejor producto.

«Al principio eramos mercería y paquetería, vendíamos camisetas, jerseys, medias, ropa de bebé, forrábamos botones para las modistas... Y con el tiempo nos fuimos renovando y especializando en hombre y mujer».

Incendio

Tras una primera reforma del local, La Casa de los Paraguas sufrió un devastador incendio. «Fue el 7 de julio de 1977, San Fermín, y a partir de ese duro golpe negociamos la compra del esqueleto del edificio, que fue lo que quedó, y ampliamos la superficie de venta a las dos plantas». El inmueble tiene más de cien años de años de historia y conserva su antigua fachada.

Los Filgueira, Ernesto, su mujer Herminia, y su hijo, fueron pioneros en desfiles de moda de baño, bañadores y bikinis, unas de sus prendas estrellas. «Celebramos varios en Equus y uno en la Herrería, con la cadena Torres, Pronovias y Antón Sastre». Aquello fue el embrión de Pontus Veteris, que años después creó la Cámara de Comercio.

Ernesto Filgueira Eiras

Comerciante

81 años

El negocio familiar La Casa de los Paraguas, en la plaza de Méndez Núñez