«Sería políticamente suicida cargarse la Cámara de Comercio»

Elena Larriba García
Elena larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Portela rememora su etapa al frente de la entidad y analiza su difícil situación actual

05 feb 2012 . Actualizado a las 07:08 h.

Fue uno de los presidentes más emblemáticos de la Cámara de Comercio de Pontevedra de las tres últimas décadas y el que más tiempo desempeñó el cargo. Estuvo al frente de la entidad durante 17 años, entre 1982 y 1999, y fue el impulsor de un programa ferial que empezó bajo carpas con Construgal y continuó con Ferpalia, Pomóvil y Pontus Veteris. En su etapa se construyó el recinto ferial permanente, por el que tuvo que pelear ante las Administraciones. Con él, la Cámara se hizo con un patrimonio del que antes carecía, la antigua sede de García Camba y la actual de Las Palmeras. Eladio Portela Paz, empresario puntero de las Artes Gráficas que vivió en sus propias carnes los efectos de la crisis de los 90, sigue creyendo en la necesidad de las cámaras de comercio en un momento en que están cuestionadas incluso por los propios comerciantes y empresarios, aunque ve difícil su supervivencia con la eliminación de las cuotas obligatorias.

-Las cámaras están en cuerda floja después de 125 años de historia. ¿Cree que todavía tiene sentido su existencia?

-Yo le doy absoluto sentido a las cámaras y más en este momento, cuando se está cuestionando la subvención por la subvención. La cuota obligatoria, que era básica, la suprimió el gobierno anterior pretendiendo aplicar de forma un tanto contradictoria el concepto de que quien quiera tener una asociación, que se la pague, el que quiera un sindicato, que se lo pague, y el que quiera una patronal que se la pague. Las cámaras las pagan los comerciantes y los empresarios. No así las asociaciones y organizaciones sindicales, que salvo excepciones contadísimas, viven de santa subvención. Y si las sacamos, que no es mi propuesta, ya me dirá usted cuantos quedarían.

-¿Cuando usted fue presidente ya se cuestionaban las cuotas?

-Cuando yo entré en 1982 ya tenían cierto cuestionamiento. Eran obligatorias, pero no había poder ejecutivo y pagaba un poco quien le daba la gana. La obligatoriedad en España siempre molestó. Yo vi claro desde el primer momento que la Cámara de Comercio tenía que tener presencia y proyección social y había que hacer cosas, pero si no tienes mucho dinero es complicado. En el 85 % de los casos, por lo menos cuando yo estaba, la cuota era de calderilla al año. Yo me cansé de pagar de mi bolsillo viajes a Madrid -después ya no- para estar presente en el Consejo Superior de Cámaras, clave para enterarte de lo que pasaba.

-El afiliado no parece verle rentabilidad a las cámara.

-En las cámaras depende de quién esté, cómo esté y de la manera que esté. Actualmente, en la de Pontevedra, la gente que yo conozco sabe lo que hace, sabe donde está y para qué está. A veces puede ser un poco intangible lo que hace para el afiliado medio. ¿Yo para qué quiero Pontus Veteris ?, puede decir alguien. Y yo le contesto: Usted tiene un escaparate en su tienda porque el buen paño no se vende en el arca ¿verdad?. Pues Pontus es uno de los un escaparate de Pontevedra.

-La cuota obligatoria representaba el 60 % de su presupuesto. ¿Cree que se puede suplir ese déficit con la captación de socios voluntarios? Hay quien dice que no llegarían al 2 %.

-Lo veo muy difícil. En la Pontevedra que yo conozco y en la situación actual, casi imposible. Ahora bien, la supresión de la mínima cuota obligatoria no vino por liberar al empresario. Vino por los de arriba, por los de siempre, por los que tienen la pasta y por los apóstoles mediáticos madrileños que estaban todos los días cuestionando para qué sirven las cámaras de comercio y diciendo que pagan mucho. Será porque ganan mucho. Si eres autónomo, pagas como autónomo. Y para pagar, por ejemplo, 2.000 euros al año tienes que ganar mucho dinero.

-¿Al final van a ser los propios empresarios y comerciantes los que decidan si las cámaras tienen o no futuro?

-Indudablemente. En el caso de la Cámara de Pontevedra hay esa presencia y proyección social fuerte que dijimos antes. Pero no lo tienen fácil por el modelo social que tenemos y porque tal como están las cosas en este momento, ni un euro te da nadie.

-¿Ese futuro también depende en parte de las Administraciones y del comercio exterior?

-El comercio exterior es competencia exclusiva del Estado y ahí las cámaras tienen sitio, que en Galicia ya lo hay con el plan Foexga. Realmente, en España hay un problema de vertebración. El comercio exterior está en el ICEX, en los agregados comerciales de las embajadas o consulados y en las cámaras. Qué pasa, que como aquí cuando alguien llega a concejal se autotitula ministro y cuando alguien es presidente de una comunidad hace el estadito de traca y pandereta, ahora España tiene más embajadas que China.

-Hace un año se montó una gorda cuando se habló de reunificar cámaras y dejar una cámara por provincia.

-Eso es muy antiguo. Cuando la Cámara de Vilagarcía pasó por momentos muy graves hubo un así, así de entrar por ahí muy fuerte. En mi opinión podrían fusionarse. Ahora bien, en este momento sería políticamente suicida cargarse la Cámara de Pontevedra desde la Xunta. Si yo estuviera en el papel del alcalde sé de sobra lo que haría. Y sé lo que va a hacer Lores si eso ocurre.

-¿Cuál es para usted el camino a seguir?

- No deseo entrar en eso. Acaba de tomar posesión Antonio Gómez Rivera, persona muy válida y con experiencia cameral, y hay que dejar que por lo menos se siente en la silla. Ya dije que el comercio exterior es una vía porque está en la propia Constitución Española y es un campo que las cámaras, como instituciones de derecho público, conocen y dominan.

-En su etapa también tuvo que afrontar graves crisis ¿Qué balance hace de aquellos 17 años?

-Los primeros años fueron difíciles y cogimos dos crisis muy serias en los ochenta y en los noventa. Fue una etapa muy reivindicativa y de mucha proyección social. Estábamos todos los días en los medios bombardeando con demandas, empezando por el polígono industrial de A Reigosa, cuando se estaba redactando el actual PGOU. Y las primeras ferias las hicimos bajo carpas porque de alguna manera había que empezar y demostrar la necesidad de un recinto ferial permanente, por el que tuvimos que pelear.

-Las ferias ahora peligran ¿Podría salvarse con aquella vieja idea de crear una fundación?

-Yo lo intenté y lo tuve en la mano, pero hubo movimientos que lo impidieron. Sería una salida, pero en este momento lo veo complicado por la situación económica. En las fundaciones se entra con dinero y empiezan a tener no muy buen nombre.

Eladio portela paz empresario, ex político y ex presidente de la cámara de comercio

«Veo muy difícil la captación de socios voluntarios en la Pontevedra que

yo conozco»

«Si sacaran las subvenciones a asociaciones y sindicatos, cuántos quedarían»

«Las cámaras tienen su sitio en el comercio exterior, un campo que dominan»