Pontevedra estrena la primera regulación gallega de furanchos

Lars Christian Casares Berg
christian casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Veinticinco establecimientos preinscritos podrán abrir de forma inminente

17 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Podrán funcionar ya con todas las de la ley. Veinticinco establecimientos que ya ha cursado una preinscripción podrán abrir sus puertas en Pontevedra como furanchos bajo la primera regulación municipal aprobada en Galicia. Después de un período de exposición en el que no se ha recibido alegación alguna, algo que el Concello achaca al alto grado de consenso con el sector que se alcanzó durante su elaboración, ahora entrará ya inmediatamente en vigor.

«Era necesario proceder a unha regulación inmediata deste sector, pero, dende o primeiro momento, explicamos aos afectados que non podiamos facer moito ata que a Xunta aprobase o decreto regulador da actividade, paso que foi certamente caótico porque pasou por distintos borradores moi contraditorios entre si da Consellería de Presidencia», explicó ayer el socialista Antón Louro, teniente de alcalde, e impulsor de la normativa específica.

Las solicitudes se realizarán ahora por el procedimiento de la Declaración Responsable, que fue introducida el año pasado a través de la Ordenanza de Simplificación Administrativa. Los furanchos, al igual que cualquier otra actividad económica, solo deberán presentar una declaración en la que se asume e compromiso de que cumple con los requisitos necesarios. Y deberá hacerlo un mes antes de la fecha prevista para la apertura. Ese es el plazo mínimo obligatorio. Otros requisitos son contratar una póliza de responsabilidad civil por valor de 90.000 euros o la colocación en lugar visible en el interior del local el distintivo oficial «Furanchos de Pontevedra». Será la única señalización, porque queda prohibida cualquier indicador exterior del furancho, más allá de las tradicionales ramas de laurel.

Principalmente utilizados como vivienda personal, los furanchos se caracterizan porque los propietarios venden el excedente del vino de la cosecha propia elaborado en la casa para su consumo particular. Podrán acompañar la bebida de cinco tapas en un local que deberá tener una superficie comprendida entre los 10 y los 200 metros cuadrados.