Los hoteleros de Sanxenxo exigen que se ponga coto a los alojamientos ilegales

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El precio de un piso en la localidad se puede multiplicar por ocho en verano

25 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Por las ventanas de muchas viviendas de Sanxenxo empiezan a aflorar tras la Semana Santa numerosos carteles de «se alquila». La temporada de verano está a la vuelta de la esquina y la necesidad de rentabilizar unas viviendas que, en muchos casos, están vacías todo el año empieza a buscar salida. Ante el aluvión de alojamientos de verano ilegales, los hoteleros exigen una regulación de esta oferta, que no está declarada y no cumple la normativa. El presidente del CETS de Sanxenxo, Alejandro Touriño, asegura que «la regulación del sector permite competir en igualdad de condiciones tanto a hospedaje como a restauración. De esta forma nosotros tenemos que pagar unos impuestos y cumplir una normativa, a la que ellos no están sometidos».

Es difícil calcular el número de pisos que se alquilan al margen de la ley o de locales que ofrecen comida en verano sin estar dados de alta como furanchos en un municipio como Sanxenxo, que en julio y agosto multiplica por seis su población. Aunque los hoteleros no notan que esto provoque una fuerte caída de las reservas, exigen que las Administraciones tomen medidas para trabajar todos bajo la misma vara. «Nos estamos reuniendo con las distintas administraciones para que actúen en todos estos aspectos, es necesario que trabajen más coordinadas», explica Touriño, que alerta de que en los últimos años los portales que ofrecen alquileres al margen de la regulación se han multiplicado. La Ley de Arrendamientos Urbanos aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy el pasado noviembre transfiere esta regulación a las comunidades autónomas.

Menos inspecciones

Aseguran que esta situación es la pescadilla que se muerde la cola, al estar en un régimen ilegal, las inspecciones sanitarias, de Hacienda o la Seguridad Social desaparecen. «La situación va a peor y desde la administración nos dicen que la solución es complicada», puntualiza el responsable del CETS, quien alerta del «cabreo creciente» de los asociados. «A nosotros nos piden un control del 100 % de los viajeros, pero a los pisos no le exigen nada. Queremos las mismas reglas para todos», subraya. La crisis no solo ha dejado una bajada en los precios de los alquileres de verano respecto a los primeros años del 2000. Ahora se han estabilizado, a pesar de que los precios se siguen multiplicando hasta por ocho entre el invierno y el mes de agosto.

La encargada de los alquileres de temporada en la inmobiliaria Javier Tovar, Josina Silva, asegura que pese a la situación económica, el alquiler de una vivienda en primera línea de playa ronda los 5.000 euros al mes, una cuantía que se reduce hasta los 2.000 euros si ya no está tocando la arena.

Al igual que los hoteleros, no notan en exceso un bajón por la crisis. «La caída de la demanda no fue tan fuerte como se esperaba, lo que sí ha pasado es que ha subido la población en Sanxenxo». Conocedora del mercado estival, Silva alerta de que la actual coyuntura económica ha elevado el número de pisos que se ponen en alquiler, potenciando, en muchos casos, ese negocio ilegal. «Mucha gente que compró vivienda y que ahora se quiere deshacer de él, lo empieza a poner en alquiler para sacar rentabilidad», explica. Y la mayoría, siguen prefiriendo el verano a la seguridad del invierno. El piso en primera línea de playa que en verano ronda los 5.000 euros al mes, se cae a los 600 si el alquiler es por todo el año.