El freno al consorcio provincial de basura frustra el plan para unificar el precio del recibo

Lars Christian Casares Berg
christian casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Antes de declarar desierto el concurso, la Diputación aspiraba a que todos los concellos cobrasen lo mismo en el 2017

27 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La armonización de las tasas para equipararlas con el coste real del servicio, una de las razones de ser del Consorcio Provincial de Basuras, sufre un duro revés ahora que la Diputación ha dejado desierto el concurso al no hallar garantías suficientes en la oferta que lo ganó: la de FCC.

El recibo que cobran los concellos dista mucho del coste real por vivienda y año. La recogida a domicilio y el procesado posterior en Sogama sitúa el coste real en 122 euros.

En realidad, en la provincia de Pontevedra, solo 11 ayuntamientos mantienen recibos por encima de 80 euros. El servicio provincial, supondría, según los cálculos iniciales de la Diputación, un ahorro de costes generales del 30 %, que se obtendrían gracias a una mejor planificación de las rutas que realizan ahora los camiones de basura de forma individualizada concello a concello.

Moratoria

Conscientes de que resultaría difícil mantener el recibo a los hogares por debajo de los ochenta euros, la Diputación introdujo en las bases que rigen el consorcio provincial una moratoria para la armonización de tasas: los concellos podrían dejar de adaptarlas en el 2015 y el 2016.

Solo once municipios en la provincia, Caldas de Reis, Vilagarcía, Sanxenxo, Cambados, Poio, O Grove, Tui, Soutomaior, Ponteareas, A Estrada y Marín, tienen recibos de más de ochenta euros. Pero la armonización de tasas entre municipios se hacía imprescindible en una gestión unificada, porque ahora las diferencias entre el que más cobra y el que menos alcanza los 93 euros.

Con todo, sin consorcio, no hay armonización de tasas. Aunque la Diputación asegura que el proyecto no se aparcará, los contratiempos tras decretarse desierto el concurso no son pocos. De momento, el Ayuntamiento de Pontevedra, cuya planta de compost se preveía construir al amparo del consorcio, tampoco ha podido dimensionar cómo le afectará, aunque sí ha anunciado que mantiene su apuesta por la instalación. Peores consecuencias tiene el frenazo al consorcio provincial para los concellos pequeños que prestan el servicio con medios propios, en muchas ocasiones con camiones de más de un decenio y personal costoso.