Ciclismo a tres mil metros de altitud entre fajitas, chile y nopales

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

José Luis Mariño llegó hace quince días a Ensenada, a una hora al sur de San Diego.
José Luis Mariño llegó hace quince días a Ensenada, a una hora al sur de San Diego. cedida< / span>

José Luis Mariño, ciclista del Froiz, estará en Méjico hasta abril para intensificar su entrenamiento

21 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora le toca la parte fácil. Se levanta todas las mañanas hacia las 7 de la mañana y media hora después está en la calle. A entre 20 y 24 grados centígrados. Con sol. Se calza el maillot y el equipamiento y sale con la bici a entrenar. Son cuatro o cinco horas para recorrer unos 120 o 150 kilómetros diarios. De momento, José Luis Mariño está encantado con su idea de irse a entrenar en invierno a Méjico, donde se quedará hasta abril. Un mes antes de regresar afrontará la parte más dura de su aventura: los entrenamientos a 3.000 metros de altitud. Aunque todavía no ha decidido el destino, problablemente vaya a Aguascalientes, una localidad situada en el centro geográfico del país, para completar la última fase de su preparación de cara a su vuelta para afrontar la nueva temporada con el Súper Froiz. El objetivo es aumentar el rendimiento: trabajar con falta de oxígeno hace que el cuerpo genere más glóbulos rojos, lo que consigue que el rendimiento sea mucho mayor en el nivel del mar a igual esfuerzo físico.

La idea no fue del padronés. Fernán Alonso, un amigo íntimo y exentrenador del joven, natural de Ribeira, que lleva siete años atendiendo allí un negocio familiar, fue quien le invitó a dejar el clima frío de España en estos meses para coger la temporada fuerte del país centroamericano.

Ensenada está a una hora al sur de San Diego, y las condiciones climáticas la hacen el destino ideal para no perder la forma. De hecho, es el invierno la mejor época para competir en Méjico y el sur de Estados Unidos, donde las temperaturas suben considerablemente cuando llegan la primavera y el verano. «Dicen que se hace bastante insoportable», confiesa. A las 8 de la mañana los termómetros marcan ya cerca de 30 grados, lo que obliga a aficionados y profesionales a comenzar el entrenamiento alrededor de las 6 de la mañana. «Demasiado pronto», admite el joven deportista del Súper Froiz.

La Mexicali

Se planteó la posibilidad de inscribirse en la primera competición que le coincidió desde que llegó, la semana pasada, pero finalmente desechó la idea: no le había dado tiempo a prepararse y hacía apenas unos días que había dejado atrás el jet lag que lo derrribaba sobre la cama a las ocho de la tarde y lo levantaba a las 4 de la madrugada. La que no se quiere perder es la Mexicali, la carrera que recorre la frontera entre el país angolosajón y el latino. Se celebra el 7 de febrero, y pretende que sea el pistoletazo de salida de una serie de carreras que lo llevarán directamente al país vecino, sobre todo a California, ya que sólo le separan de Los Ángeles dos horas y media de viaje. Reconoce que tiene «muchas ganas de competir», que «en España apetece menos,» y que «el buen tiempo y el calor ayudan» a disfrutar más la competición y el adiestramiento.

Además, en Estados Unidos es más fácil hacerse profesional. Frente a los cuatro equipos que hay en España, en Estados Unidos hay diez u once. Por si fuera poco, los premios son mucho más cuantiosos, y de los 300 euros de la península Ibérica los ganadores pasan a llevarse alrededor de 1.500 o 2.000 dólares. Hasta allí irá con su nuevo amigo. Conoció a Luis Zamudio a través de Fernán Alcalde, y desde que lo hizo no han dejado de entrenar juntos. El mejicano compite en un equipo norteamericano de prestigio.

De visita al barco pirata

El trayecto hasta Rosarito, una ciudad a unos 65 o 70 kilómetros de la que se mudó temporalmente Mariño, es irregular, y cuenta tanto con tramos planos como con altibajos. Allí, cuando llegan, se encuentran todos los días con La Perla Negra, el barco de Piratas del Caribe en el que el capitán Jack Sparrow cometió gran parte de sus fechorías. El padronés no ha entrado todavía a los estudios de Disney, pero se ha propuesto hacerlo este fin de semana.

La primera vez que Alcalde le propuso el viaje, a José Luis no le convenció la idea. «Aquí en España siempre se dice que Méjico es peligrosísimo, pero él me dijo que no, que la gente es muy amable. Y tenía razón, es encantadora», asiente. Recién terminados sus estudios de Nutrición y Dietética, vio pocas razones para no cogerse un avión y cambiar Benidorm, donde entrenan dos de sus compañeros del Froiz, por el país de las fajitas y el chile.

Mariño heredó lo del ciclismo. De su padre, para ser concretos. Aunque nunca compitió a nivel profesional, se llevaba al pequeño José Luis con él a dar paseos en bicicleta desde que tenía 11 años, aunque el joven no empezó a competir hasta los 13. Ahora, con 27, atesora, entre otros, el título de campeón gallego del 2014. Los objetivos para el 2016, por lo que se ve, rebasan las fronteras de la comunidad. Y del continente.

El joven de Padrón pasará los primeros meses en Ensenada, y el último en Aguascalientes

Cada día recorre los 70 kilómetros que lo separan de «La Perla Negra», el barco de «Piratas del Caribe»