Su ansia de cine la puso en el ojo del huracán

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

Ariadna Cordal, recién llegada a la Universidad tuvo que alojarse en un hotel, tierra adentro, huyendo del desastre

14 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ariadna Cordal quiere dedicarse al cine y qué lugar más cinematográfico que Estados Unidos para aprender el oficio. A sus diecinueve años hizo la maleta y cruzó el Atlántico rumbo a Florida para estudiar en Eckerd College. Su magnífico expediente académico le sirvió de pasaporte para que la Facultad de Comunicación Audiovisual de Vigo la seleccionase para participar en un programa de intercambio internacional que la va a mantener en el extranjero hasta el mes de mayo. Con lo que no contaba la cambadesa es que, al poco de aterrizar, iba a vivir una de esas peripecias que recordará toda la vida. Ariadna se encontró con Irma, y no fue precisamente un encuentro apacible. Esta, a diferencia del personaje que encarna Shirley MacLayne a las órdenes de Billy Wilder, no fue nada dulce. Este huracán con nombre de mujer se paseó por la costa de Florida a más de doscientos kilómetros por hora, lo que obligó a miles de personas a recoger los bártulos aprisa y corriendo para escapar de sus devastadores efectos. Nuestra protagonista estuvo entre ellos, y puede contarlo, sana y salva.

El cuatro de septiembre comenzaron las clases y el día siete ya hubo que evacuar la universidad. Al principio fue todo un poco caótico, relata. «Dixéronnos que tiñamos que deixar as residencia, a maior parte da xente volveu ás súas casas, pero o estudantes internacionais estabamos algo desorientados porque non tiñamos un lugar ao que ir. A universidade fíxose cargo de nós e leváronnos a un hotel en Orlando, a dúas horas en coche desde San Petersburg, que é onde está a universidade, preto do mar», según explica la joven. Desde el viernes permanece en el hotel, pendiente de las últimas noticias, atendiendo las llamadas de la familia -que viene de pasar por días de angustia- y haciendo deberes, porque aunque la escuela cerró hace una semana, los profesores siguen impartiendo clase vía Internet.

Lejos de las ventanas

Tierra adentro, en Orlando,

Irma

ha pasado de puntillas, aunque se dejó sentir. «

Notábase moito ruído fóra, pola chuvia e polo vento, pero aquí non pegou moi forte. O que si procurabamos era estar lonxe das fiestras, que era o que nos recomendaban desde a universidade, por se entraba algo voando polos cristais

», relata. Criándose como se crio en Galicia, Ariadna sabe bien como se las gastan los vientos cuando vienen cargados de lluvia en invierno, pero lo de los fenómenos extremos como

Irma

,

Katrina

y demás le eran totalmente ajenos. Ella pudo alejarse del huracán a tiempo, pero reconoce que pasó momentos de miedo e incertidumbre por lo que pudiera pasar. Los daños en San Petersburg no han sido tan graves como en otras latitudes pero, con todo, la normalidad no se reanudará de inmediato, pues hay árboles que retirar y mucho que limpiar en las calles, de modo que hasta el lunes no está previsto que reabran las aulas. Entonces, sí, Ariadna espera poder arrancar de una vez por todas con la rutina de las clases y de la vida de estudiante, aunque hay un tal

José

, otro huracán en ciernes, que ya amenaza en el horizonte.

La cambadesa ya había estado en otra ocasión en Estados Unidos, pasando dos semanas de vacaciones en la casa de una familia, pero ahora es diferente. Es la primera vez que viaja sola y el ambiente es totalmente distinto, comenta. En Eckerd College ha coincidido con estudiantes de varios puntos del globo; de Austria, Japón, Italia..., y españoles también, como no. Con lo que no se ha topado todavía es con gallegos, pero todo se andará. Su aventura por las Américas no ha hecho más que empezar pero ya ha tenido tiempo de echar de menos la comida de casa y el tapeo. «O que máis boto de menos é a comida. Aquí é de moi mala calidade e a froita é tamén moi mala. E boto de menos Cambados. Aquí é todo moi grande, hai que ir a todas partes en coche», indica.

Estados Unidos es otro mundo y ella tiene ganas y está en la edad de explorarlos, si puede ser, detrás de las cámaras. En su tercer curso de Comunicación Audiovisual ya tiene muy claro que quiere dedicar su futuro al cine. Sus preferencias pasan por la realización, aunque es pronto para cerrar puertas. «De momento quero aprender para atopar o que se me dea mellor», y espera que su experiencia en Florida sirva para despejarle el camino. No ha elegido una profesión fácil. «Xa o sei, é moi difícil atopar un traballo fixo, pero iso tamén e a parte bonita do cine, que nunca sabes a onde te vai levar».

Pinitos en el instituto

Su vocación fue temprana. Estudiando en el instituto Francisco Asorey de Cambados ya hacía sus pinitos editando vídeos y con la fotografía. En la facultad en Vigo participó en un programa de cine experimental con Oliver Laxe y su ilusión ahora es poder llegar a hacer una película. Todo se andará.

De momento lo que le toca es aprovechar al máximo la oportunidad que le brinda estar en una universidad que, de no ser por la financiación pública, le resultaría inalcanzable. El precio del curso ronda los 50.000 dólares, pero ella va con casi todo pagado: la residencia, la comida y las tasas de la facultad. ¿Y el idioma? «Desenvólvome ben. Tiven unha boa nota en inglés e escoitar música e ver as series axudoume moito. As películas e series deberían emitirse en versión orixinal porque o idioma orixinal aporta máis», reflexiona.

Estudios. Cursa tercero de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Vigo y participa en un intercambio estudiantil (ISEP) con Eckerd College, situado en San Petersburg, situado cerca de la ciudad de Tampa (Florida)

Proyectos. Su sueño es poder dedicarse al cine. Desde muy joven, ya en el instituto, mostró interés por el sector audiovisual y ahora estudia para llegar algún día a ponerse tras las cámaras.

Una demanda. Que las películas y las series se emitan en versión original.