Compras solidarias que contribuyen a la lucha contra el cáncer

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

La asociación y sus voluntarios estrenan ubicación en la calle Oliva y esperan mejorar la recaudación del 2016

21 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El sitio es «un lujo». Por ubicación céntrica y también por espacio. Lo decía ayer la presidenta de la junta provincial de Pontevedra de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), Marisé Crespo, poco antes de la inauguración del rastrillo solidario. Las dos plantas del local de Torrado cedido gratuitamente en la calle Oliva son un ir y venir de voluntarias dando los últimos retoques a la tienda.

«Llevamos 23 años ya y con este 24. Todo lo que se vende ha sido donado por particulares o empresas y lo que se recaude se destinará a financiar las actividades y programas de la asociación, tanto a cuidados paliativos, ayuda psicológica o al programa Volver a hablar. Y un 18 % a investigación», relata la presidenta, que lleva en el cargo 16 años. El rastrillo, que estará abierto hasta el 15 de enero del 2018, es atendido por una treintena de voluntarios. La mayoría son mujeres, aunque también hay algún hombre. Han establecido turnos de mañana y de tarde para que siempre haya personal suficiente.

Artículos de regalo, decoración, juguetes, libros, ropa, material deportivo y muebles es lo que se puede encontrar en el local de la calle Oliva. Todo lleva su precio en unas etiquetas y va desde 1 euro a 800 euros. Lo más caro es un dormitorio con armario y cajonera llegado de A Coruña. El rastrillo funcionará, de lunes a sábado, en horario de 10.30 a 13.30 y de 17.30 a 20.30 horas. Solo cerrarán los domingos.

Elena Pérez es una de las voluntarias más veteranas. «Llevo en la asociación desde 1980. Nos destinaron a Pontevedra y entré a través de una amiga», cuenta. La encanta echar una mano y se declara fan del rastrillo solidario. «Hay días que acabas agotada, pero es una gozada. La gente de Pontevedra colabora mucho y no hay que olvidar que esto revierte en la sociedad», subraya. Elena, que es vocal en la junta directiva, confiesa que hay jornadas en que se sorprende al hacer el recuento de la caja.

El año pasado se recaudaron 12.000 euros en total, una cifra que confían en superar este 2017. «Vamos a estar más días y la ubicación es mejor», apunta Marisé Crespo. Desde la asociación hacen hincapié en que la mercancía se irá renovando, así que animan a la gente a repetir visita si no encuentran lo que buscan a la primera.

Paqui Trujillo también es voluntaria. A diferencia de Elena, ella es de las voluntarias que menos tiempo lleva. Este será su quinto año. Esta extremeña afincada en Pontevedra llegó a la AECC tras la muerte de su marido por un cáncer. «Fue la psicóloga quien me recomendó hacerme voluntaria. Me costó mucho, pero me alegro de la decisión. Participo en muchas cosas, menos el voluntariado en hospitales porque aún no estoy preparada para eso», comenta. Paqui tuvo una tienda y le encanta vender: «Relacionarme con los clientes es lo que más me gusta y tengo la sensación de que este año nos va a ir muy bien». Pasen y compren.