No hay un pero en el partido del Cisne. Ganaron jugando como lo que son, los líderes indiscutibles de la clasificación y obligaron a bajar los brazos al Amenabar Zarautz, un equipo poco habituado a ceder.
El Cisne empezó de menos a mas. Dejó inmóvil al visitante en el primer parcial al no permitirle marcar ni un solo gol y a partir de ahí, rara vez lograron sumar más de dos goles en cinco minutos. Acorralados desde el primer minuto, llegaron al descanso con una ventaja de siete goles que en veinte minutos se amplió hasta los diez. El Amenabar estaba inmovil y sin rumbo, dejando al Cisne el dominio de partido. Se va de vacaciones cerrando un arranque liguero que supera todas sus expectativas. Al término del encuentro, su segundo entrenador, reconocía que fue «un partido soñado, es un rival correoso, nunca se despega, desde el primer minuto hemos defendio bien, corrimos mucho y nos fuimos distanciando poco a poco». La ventaja en el marcador dio espacio en la pista a los jugadores que tenían menos minutos y a caras menos conocidas del equipo juvenil.
?Cisne: Villamarín, Anxo Fraga, Chan (4), Andrés (6), Bruno, Simón, Javier Vázquez (2), Leiras, Calvo, Preciado (3), Gayoso (2), Daniel Ramos (6), David Chapela (5), Daniel López (1), Carlos Álvarez (2), Pablo Picallo (2)
Amenabar: Atorrasagasti (1), Ander, Mikel Martínez (2), Ander Garmendia (3), Mikel Iraeta (3), Xabat Olaizola (3), Mikel Beristain (2), Atorrasagasti, Eneko (1), Ibai (3), Aimar Unanue (3), Unai Vallejo (1), Ostolaza
Goles: 3-0, 6-3, 9-5, 11-6, 13-8, 17-10, 20-12, 23-14, 28-16, 29-19, 30-20, 30-22 (final)