Estíbaliz Palma, la primera mujer en dirigir una comisaría provincial en Galicia, destituida por decir: «Ya les gustaría a algunas que las violase un antidisturbios»

PONTEVEDRA

Con una trayectoria ascendente, esta policía bilbaína llegó a Pontevedra con el reto de luchar contra la violencia de género. Acaba de ser relevada tras revelarse lo que dijo en el homenaje a un agente herido durante los incidentes del proceso independentista catalán
09 jun 2023 . Actualizado a las 09:12 h.Cuando tomó posesión de su cargo el 7 de noviembre del 2018, Estíbaliz Palma se convirtió en la primera mujer en ostentar una plaza de comisaria provincial en Galicia en toda la historia de la Policía Nacional. Asumía la de Pontevedra. Apenas cuatro años después, la Dirección General de la Policía la ha destituido a raíz de la difusión de unos audios grabados durante un homenaje a un agente de la Unidad de Intervención Policial que se tuvo que jubilar como consecuencia de las lesiones sufridas durante los disturbios que se produjeron a raíz de conocerse la sentencia del proceso independentista de Cataluña.
Esas palabras han frenado una carrera ascendente, y aún no se sabe las repercusiones futuras que tendrán. Porque María Estíbaliz Palma Varona (su nombre completo) había completado el curso para ascender a comisaria principal, el más alto escalafón de la escala superior del cuerpo, y está pendiente de comenzar el curso previo a prometer o jurar un cargo que le abriría la puerta a nuevos destinos. Poco antes de la pandemia, fue nombrada Dama Azor, un reconocimiento de carácter extraordinario de la Brilat del Ejército de Tierra Español, siendo la primera vez que una persona perteneciente a la Policía Nacional recibía esta distinción.
Natural de Bilbao, de 54 años y licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, coincidiendo con la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona, accedió a la escala ejecutiva de la Policía Nacional, y tres años después, en 1995, juró el cargo como inspectora. Su primer destino fue en la Brigada Provincial de Extranjería de Madrid, donde permaneció hasta que en el 2008 fue designada jefa de prensa de la Jefatura Superior de Madrid. Un año antes había ascendido a inspectora jefa.
A partir de entonces pasó por las sedes policiales de los distritos madrileños de Moncloa y de Salamanca hasta que en el 2013 fue profesora titular y responsable del Departamento del Centro de Altos Estudios Policiales de Carabanchel. El ascenso a comisaria se produjo un año después siendo su primer destino como jefa de la Comisaría Local de Ponferrada para, posteriormente, ser trasladada como máxima responsable de la sede policial de Pozuelo de Alarcón, comisaría bajo cuyo mandato fue condecorada por la Asociación Santos Ángeles Custodios, hasta dar el salto a Pontevedra en noviembre del 2018.
Hasta entonces, su trayectoria profesional había sido merecedora de diferentes reconocimientos, entre los que destacan: dos Cruces al Mérito Policial con distintivo Blanco concedidas en el año 2002 y 2010, así como una Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco en el 2006.
Cuando tomó posesión, y según destacaron desde la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, se convirtió en «unha das catro comisarias da Policía Nacional que vai ocupar un posto desta responsabilidade das trinta mulleres que teñen o rango de comisarias en todo o país». En su intervención, tras jurar el cargo, situó entre sus principales preocupaciones la lucha contra la violencia machista, así como la prevención de aquellos delitos de los que puedan ser víctimas menores, personas de edad avanzada o aquellas con diversidad funcional.
Sus palabras de entonces poco casan con las que han motivado su destitución fulminante. Son frases que pronunció en un restaurante de Vigo el pasado 11 de marzo. Un representante del Ministerio del Interior confirmó que, tras tener conocimiento de los hechos y las grabaciones, se pusieron en contacto con la propia Estíbaliz Palma, quien «admitió los extremos, por lo que se la cesó inmediatamente». De igual modo, precisó que ahora se abre el proceso para designar a un nuevo comisario provincial para Pontevedra.
Los exabruptos de la comisaria relevada se produjeron durante un homenaje a Iván A. F., quien permaneció en coma al ser golpeado con un adoquín durante los disturbios del procés en Barcelona el 18 de octubre del 2019. Las secuelas determinaron su jubilación a finales del 2020 con apenas 42 años, ya que le impedían realizar el normal ejercicio profesional como policía, incluso en tareas de oficina, recogía Enrique Vázquez Pita en una información de junio del año pasado. Es por ello que la Dirección General de Policía, la misma que ahora destituyó a la comisaria Estíbaliz Palma, lo declaró como no apto para el servicio.
Fue en el transcurso de aquella comida, en la que también se proyectó un mensaje de vídeo del ministro Fernando Grande-Marlaska dirigido al agente de la UIP (Unidad de Intervención Policial), cuando Estíbaliz Palma aludió a los incidentes y al rol que tuvo la policía en aquel octubre de hace tres años: «Hubo 48 horas que parecía que la Policía Nacional se había transformado y, de repente, maltrataba, violaba y no sé qué cosas decía más, ya les gustaría a algunas que las violara un UIP», se le puede escuchar en medio de un ambiente generalizado de fiesta.
De igual modo, la ya excomisaria se refirió a su anterior destino en Pozuelo de Alarcón como «una plaza nacional, no republicana». «O sea -añadió-, era un ámbito estupendo cuando dabas una charla, ¿no?. Pero hubo un momento que me acuerdo que mis hijos con redes sociales diciendo: ''Mamá, ¿qué hace la Policía en Cataluña?''», se recoge en la misma grabación de menos de un minuto de duración. Esa misma pieza comienza con Palma aludiendo a un clásico del refranero español: «Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer», que «dentro de poco será detrás de una buena mujer, hay un buen hombre, o bien otra mujer, o un fluido».