La casualidad que lo impulsó a dirigir un equipo que ha hecho historia

PONTEVEDRA

José Tellería premió a su hijo por las buenas notas con un campamento de waterpolo y se enganchó para siempre
23 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.José Tellería estaba ayer en la feria Pontesán, al frente de su stand del Club de Waterpolo de Pontevedra para enseñar a todos los que se acercasen a su puesto que en la ciudad del Lérez hay un equipo puntero en esta disciplina que se sustenta sobre una cantera fuerte con más de un centenar de licencias. Él lleva las riendas del club desde hace cinco años cuando sucedió en el puesto a Óscar Ferreira. Es su primer cargo oficial en el equipo, pero antes de llegar ahí, reconoce que ya era «un padre implicado». Sabe que aunque suene a tópico que llegó a este deporte por casualidad, en su caso es más que real. Hace doce años cuando su hijo Aarón sacó buenas notas lo premió con un campamento de verano de waterpolo. «Llevaba desde los cinco años jugando al fútbol, pero al acabar el curso leí en el periódico que se organizaba este campamento y no lo dudé», recuerda Tellería, sobre ese primer contacto que tuvo con una disciplina a la que ahora dedica la mitad de su vida.
Su sorpresa vendría cuando los entrenadores del club le dijeron que su hijo tenía cualidades y lo animaron a continuar toda la temporada. Fue el punto de partida de una relación indestructible. Su hijo se fue enamorando cada vez más de esta disciplina y José Tellería se encargaba de colaborar desde fuera en todo lo que podía. «Lo que no contaba es que cuando tuvo que escoger entre fútbol y waterpolo se quedaría con este deporte. Llevaba desde niño jugando al balón», explica su padre.
Esa decisión afianzó más su relación con el CW Pontevedra y en el 2017, después de dos años en la directiva y cuando Óscar Ferreira tuvo que dejar el club por motivos personales, Tellería dio un paso al frente para dirigir el equipo. Así que desde hace cinco años compagina la docencia —es profesor universitario— con sacar adelante a un club humilde al que la pandemia le ha sentado muy bien.
Formar una base fuerte es su principal objetivo. «A la gente es como si el confinamiento le llevase a hacer un clic en su cabeza y pensar en hacer deporte. El verano pasado tuvimos 50 niños probando y se quedaron 40, cuando un año normal no hay más de 15», comenta el responsable del club, que reconoce que es un logro importante en una ciudad pequeña en la que hay muchos clubes punteros «pelando por el mismo mercado». Y aún así, consiguieron que casi medio centenar de pequeños se enganchasen al waterpolo. «La mayoría de los que prueban se acaban quedando», recalca el presidente del CW Pontevedra.
A esa buena cantera, sumaron el mayor logro de la historia del waterpolo femenino, haber metido su equipo sénior en la Primera Nacional. «Ser capaces de tener un equipo en categoría nacional es increíble, su repercusión es brutal. Hemos ganado en visibilidad para este deporte y eso ya supone un gran éxito, da igual lo que después se consiga en el agua», advierte José Tellería.
Referente en Galicia
Todos esos objetivos que se van cumpliendo ayudan a convertir el club en un referente del waterpolo gallego. Sus nadadores van abriendo camino, como lo hizo Álex Andión, un chaval de la cantera que ahora acaba de proclamarse campeón de Europa con el Sabadell, uno de los clubes más fuertes del continente.
Al éxito internacional de Andión se suma el trabajo de dos jugadoras que el año pasado compitieron en la liga portuguesa para no quedarse paradas un curso al suspenderse la liga gallega por la pandemia. «Eso es muy importante para nosotros, pero sobre todo para ellas, que tuvieron que enfrentarse a jugadoras muy importantes y eso le ayudó en esta temporada», explica José Tellería, que de todos estos logros se saca mérito y nombra a quienes son los responsables de cada paso que da el CW Pontevedra. «Todo lo que el club ha crecido y los resultados que ha obtenido no lo podríamos haber logrado sin sus entrenadores». Javier de Saa, Iago Carabelos y Enrique García son el tridente en el que se apoyan los 118 nadadores del club porque «saben motivarlos y poner en valor cada una de las cosas que hacen». Tellería asegura que eso es lo único que hace que los niños se enganchen al waterpolo.
Ahora no se fija más metas que las ya conseguidas. Haber ascendido es el mejor regalo de aniversario para un club que la próxima temporada cumplirá 25 años. Toca disfrutar de ese logro. Y lo harán también con las chicas del CW Pabellón Ourense. Se unieron a ellas para ser más competitivas y juntas consiguieron reescribir la historia del waterpolo gallego. Ahora les toca seguir sumando páginas, la primera de ellas será encontrar patrocinadores para poder hacer más grande la disciplina.