La Audiencia de Pontevedra asume el segundo supuesto de prisión permanente en siete años de ley

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Adrián Baúlde

Al igual que ocurrió con David Oubel, parricida de Moraña, las acusaciones solicitan esta medida para el acusado del triple crimen de Valga

10 ene 2023 . Actualizado a las 14:22 h.

Por segunda vez en los siete años que lleva en vigor la reforma legal que introdujo la prisión permanente revisable en el Código Penal, un jurado popular deberá decidir a partir del 6 de marzo en la Audiencia de Pontevedra si cabe o no esta condena para un acusado. De este modo, y a lo largo de toda esa semana, la sección segunda tiene previsto sentar en el banquillo a José Luis Abet, autor confeso del triple crimen de Valga. Tanto la Fiscalía Provincial como la acusación particular -la familia de las víctimas- y la popular, que ejerce la Xunta y la Fundación Amigos de Galicia, solicitan se le imponga esta medida privativa de libertad.

De este modo, y tras el caso de David Oubel, el parricida de Moraña y la primera persona condenada en toda España a prisión permanente revisable, José Luis Abet deberá responder frente a la imputación de «tres delitos de asesinato, uno de tenencia ilícita de armas y otros dos por haber provocado una grave enfermedad psíquica a sus hijos, que entonces tenían cuatro y siete años», según informaron el pasado diciembre los periodistas de La Voz, Javier Romero y Serxio González.

Hechos investigados

Según las acusaciones, el 16 de septiembre, el encausado, que había adquirido un revólver Ruger SP101 del calibre 32 largo que tenía el número de identificación borrado, se presentó, a primera hora de la mañana, en la aldea de Carracido. Con su coche bloqueó el acceso a la casa en la que residía Sandra Boquete, de la que se había divorciado en enero del 2018, y esperó. En el momento en el su exmujer, al volante de su vehículo abrió la puerta del garaje para llevar a sus hijos al colegio, presumiblemente, le descerrajó un tiro en la cara para, acto seguido, apretar el gatillo otras tres veces alcanzándole en el cuello y pecho.

Minutos después acababa con la vida de su exsuegra, Elena Jamardo, y otra de las hijas de esta, Alba Boquete, cuando trataban de auxiliar a la primera de las víctimas.

La Audiencia de Pontevedra, en un auto, refiere que, consumado el triple crimen que fue «presenciada por los hijos menores del investigado», este les habría dicho «que esperasen allí hasta que llegase la Guardia Civil, y abandonó el lugar en su coche». De este modo, y a la espera del desarrollo del juicio con jurado del próximo marzo, las acusaciones sostienen que fue plenamente consciente de la presencia de los pequeños «en el momento de matar a su madre, a su tía y a su abuela, siendo también consciente de que tal traumática y violenta visión menoscababa gravemente su integridad psíquica, produciéndoles secuelas de gravedad, dada su corta edad y la vinculación familiar con las víctimas».