El pacto de Pontevedra, todavía «verde» para cerrarlo antes de la investidura de Lores

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La primera reunión entre los negociadores del BNG y del PSOE en Pontevedra se celebró el pasado jueves, día 8
La primera reunión entre los negociadores del BNG y del PSOE en Pontevedra se celebró el pasado jueves, día 8 Capotillo

BNG y PSOE celebrarán esta tarde la tercera reunión negociadora, pero se prevén más

14 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

BNG y PSOE siguen negociado la fórmula del futuro gobierno de Pontevedra, pero ambas partes coinciden en que el posible pacto todavía está «verde» como para pensar en tenerlo cerrarlo antes del sábado, cuando está prevista la sesión de constitución de la nueva corporación y la investidura del alcalde.

Que Miguel Anxo Fernández Lores (BNG) levantará por séptima vez el bastón de mando no despierta ninguna duda ya que el apoyo de los cinco concejales del PSOE está garantizado. Otra cosa será lo que haga el regidor después del pleno: si se distribuirán las competencias entre los nueve ediles del BNG, aunque sea de forma provisional a la espera del acuerdo, o si participarán también los socialistas del nuevo gobierno.

Este martes la opción que se antojaba como más probable era la primera, ya que las negociaciones están en una fase bastante embrionaria. Hasta ahora hubo dos reuniones «formales», la del pasado jueves que sirvió para arrancar las conversaciones, y otra que tuvo lugar el lunes por la mañana. Hay un tercer encuentro previsto para esta tarde. La agenda de los participantes en las reuniones está condicionando el calendario de citas.

 

Además de esos encuentros, también hubo alguno «informal», el primero de ellos antes incluso de la foto de ambas comisiones negociadoras el jueves pasado. Hay que recordar que los negociadores del BNG son Eva Vilaverde, César Mosquera y Raimundo González Carballo; por el PSOE son Iván Puentes, Yoya Blanco y Guillermo Meijón. Este es el único que no formará parte de la nueva corporación.

Organización interna

Ambas partes coinciden en que de momento se sigue hablando de la organización interna del Concello, centrándose más en qué departamentos conviene reforzar desde el punto de vista del personal, o en el escenario económico que se prevé para los próximos cuatro años. A este respecto, se subraya que es previsible que haya que «ajustar» determinadas partidas, y se coincide en poner énfasis en acotar la futura relación con otras Administraciones y su relación con el devenir del gobierno municipal. Por ejemplo, se da por hecho que el cambio de gobierno en la Diputación —que pasará a estar gestionada por el PP— puede tener influencia en el futuro inmediato del Concello de Pontevedra.

Antes del arranque formal de las conversaciones y del acuerdo autonómico para garantizar las alcaldías allá donde BNG y PSOE no sean la fuerza mas votada, el portavoz socialista, Iván Puentes, aseguraba que había «tempo suficiente» para negociar antes del pleno de investidura del 17 de junio. Ahora ya no se pone esa fecha ni siquiera como referencia.

Desde el PSOE se insiste en que no descartan ninguna opción: o reeditar el gobierno coaligado de los últimos cuatro años o mantenerse fuera del mismo y hacer valer el peso de sus cinco concejales para aprobar año a año cuestiones clave como los presupuestos municipales.

Claro que estar fuera del gobierno implicaría menos recursos tanto en personal de apoyo como en salarios para los propios ediles socialistas.

Por parte del BNG, la postura sigue siendo la que viene defendiendo el alcalde en funciones desde hace un par de semanas: entrar o no en el gobierno depende de los socialistas. Los nacionalistas insisten en que en los seis mandatos de Fernández Lores han gobernado en solitario siendo la lista más votada y sin serlo, y en coalición también en ambas situaciones. Por eso no asusta la perspectiva de tener que gobernar con 9 de los 25 ediles, aunque se admite que «non sería o idóneo».

La negociación más complicada, la del año 2007, se alargó durante dos meses

La experiencia dice que lo más probable es que no haya pacto antes del sábado y que ambos grupos seguirán negociando durante las semanas posteriores a la elección del alcalde. Porque de los cuatro pactos de gobierno que suscribieron BNG y PSOE en los seis mandatos de Lores, solo uno, el del 2019, se cerró antes del pleno de investidura. En el resto de casos, los nacionalistas se vieron obligados a formar gobiernos provisionales tras la elección del alcalde, que se modificaron cuando se cerraron los acuerdos con los socialistas.

El BNG gobernó en solitario en los mandatos 1999-2003 y 2015-2019. En el primer caso la lista más votada había sido la del PP, aunque con los mismo concejales (10) que el BNG; en el segundo, Lores había obtenido su mejor resultado, con 12 ediles.

En cuanto a los mandatos en los que sí hubo gobierno de coalición, en el 2003 la relación de fuerzas era de 10 concejales del BNG por 5 del PSOE; en el 2007, 7 y 6; en el 2011, 11 y 3; en el 2019, 11 y 4.

Cuando más equilibrados estuvieron ambos partidos, más costoso fue cerrar el acuerdo de gobierno. Fue en el año 2007, y el pacto se hizo esperar dos meses desde la fecha de las elecciones: del 27 de mayo al 27 de julio.

En este 2023, además de las dificultades habituales de una negociación en las que se quiere dejar todo bien atado —César Mosquera tiene en mente el acuerdo que presidió los últimos ocho años el gobierno de la Diputación— hay un factor añadido que puede enturbiar o ralentizar las conversaciones: la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio. Está por ver si influye o no.