Jesús Pillado, de Embutidos Milagros Pillado: «Si algo va bien preferimos no tocarlo»

RODRIGO CUMBRAOS LÓPEZ / s.b. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

SERGIO SUEIRO

Embutidos Milagros Pillado lleva 71 años siendo uno de los referentes locales con su receta de morcilla dulce; ahora buscan innovar sin olvidarse de que la calidad es siempre el primer objetivo

31 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Afortunadamente, es el cliente el que te dice si un producto es bueno o no», señala Jesús Pillado. La empresa que fundó Milagros Barco lleva 70 años «sin variar nada, ni la receta, ni el embutido ni la manera de elaborarlo». Si la clientela no se ha pronunciado después de tantos años quizás sea porque Embutidos Milagros Pillado es una de las compañías cárnicas más fiables y de mejor rendimiento que hay no solo en la comarca sino en toda la provincia. Jesús recalca que ellos apenas han notado variaciones en la demanda de su producto estrella, la morcilla dulce, «porque nuestro producto es de calidad y se sigue vendiendo muy bien. Cuando algo va bien preferimos no tocarlo».

Su morcilla dulce se empezó a hacer mucho antes de 1952, el año en el que nace esta empresa. «La fundó mi abuela en el año 1952. Mi abuela era Milagros Barco Grañas. Tenía un puesto de carnicería en la plaza de abastos de Pontevedra», comenta Jesús. La morcilla se producía para consumo propio en casa de Milagros y ella decidió empezar a comercializarla. Los compradores mostraron tal afán por la morcilla de Milagros que no le quedó otra que empezar a vendérsela a otros carniceros. «Abrió el abanico de venta, comenzó a distribuir ella la morcilla a otros profesionales. Poco a poco fuimos creciendo», añade Pillado. Milagros se jubiló al frente de la carnicería, que ya contaba con otro establecimiento en Campolongo, y «después estuvieron mis tías, Milagros y Susana Pillado, al frente durante 30 años aproximadamente», señala Jesús, nieto de Milagros, que ahora forma la tercera generación a cargo de la empresa junto a su cuñado Sergio.

A esta nueva generación se le abren dos frentes: mantener vivo el éxito del pasado e incluir innovaciones para acercar la empresa a los tiempos y demandas presentes. Para lo primero deben conservar las óptimas relaciones que existen con las empresas a las que distribuyen «la carne de vaca gallega de Bandeira, un producto de calidad y local». Jesús señala que los tentáculos de Milagros Pillado son largos: «vendemos a carniceros, a profesionales, a gente del sector de la carne. También a distribuidores de alimentación y a supermercados. Trabajamos con Froiz, por ejemplo. Mi abuela le vendía morcilla a Magín Froiz, cuando tenía la carnicería de Cobián Roffignac. Han pasado muchos años».

Sin embargo, y a pesar de lo antiguo de algunas de estas relaciones comerciales, tanto Jesús como Sergio reconocen la necesidad que tienen de adaptarse y de añadir variedad en su producción. A la distribución de carne que llevan más de treinta años realizando le han sumado nuevas alternativas: «Le hemos añadido la elaboración de hamburguesas de vaca y de cerdo», aclara. También han recuperado del pasado una antigua receta de la abuela de Jesús para poder elaborar «una salchicha fresca con una receta antigua de mi abuela que en su día ya se comercializó y después se paró. Ahora la retomamos».

Por mucho que el producto sea un fijo y mantenga buenos resultados año tras año, las demandas van cambiando. «Hay que evolucionar. Hacemos hamburguesas porque cada vez más vemos como ya no todo el mundo quiere una hamburguesa barata. Ahora quieren un producto de calidad aunque tengan que pagar un poco más», confirma Jesús, que añade que las hamburguesas de la empresa carecen de «ingredientes añadidos, no tienen químicos, no tienen aditivos, conservantes o colorantes. Es un producto cien por cien natural. Hay gente a la que le gusta saber qué toma». Al fin y al cabo, la idea está clara para la empresa: «Buscamos un producto de calidad». Y la competencia les ayuda a mejorar. «En todos los sectores hay competencia. Nosotros buscamos que nuestra competencia sea en calidad y no en precio. El mercado está ahí para decidir cual de todas las opciones es la mejor entre muchas de gran calidad» comenta Jesús mientras abre una de las neveras en las que se conservan las hamburguesas de croca o de cerdo de las que la empresa dispone para su distribución y venta. Son hamburguesas de gran tamaño «y de calidad, de producto de buen nivel».

El siguiente reto de la empresa es abrirse al mundo de la venta en línea. Ya trabajan en ello con la creación de una página web, pero también se afincaron en el campo de las redes sociales: «Tenemos redes sociales y contactamos con otros profesionales. Para decir quiénes somos, de dónde venimos, a qué nos dedicamos y lo que podemos ofrecer. Para abrirnos al mundo», afirma Jesús Pillado, que recalca que, aún así, lo más importante es no perder nunca la esencia. Para ellos la clave es «centrarse en la calidad del producto, en el producto local y ser muy exigentes a la hora de trabajar».